*

Profundas desde el punto de vista filosófico y poético, las ideas de Dogen experimentan una nueva vida en Occidente y nos hacen dejar de pensar para entregarnos a la contemplación de lo que simplemente es

El lugar de la filosofía oriental --y del budismo en particular-- en la historia de las ideas está atravesado por el debate entre las religiones, las dicotomías cuerpo-mente y toda otra serie de tramas que dificultan el aprendizaje. Entre los pensadores budistas más fascinantes --y apenas estudiados por nuestras latitudes-- se encuentra Eihei Dogen, considerado el introductor del zen a Japón, además de fundador del Soto Zen.

A pesar de que nació en una influyente familia, Dogen quedó huérfano desde muy pequeño; viajó a China a los 23 años para conocer y estudiar la tradición budista de primera mano. Aunque los textos védicos y las tradiciones budistas se ocupan del problema mente-cuerpo, el budismo no los ve como una dicotomía ni un enfrentamiento entre contrarios sino que los asume como parte de la pregunta de cómo ser un sujeto.

Según Adam Frank:

Dogen utiliza el lenguaje como una forma de juego para ayudar a desvelar el problema inherentemente existencial del ser --el problema de ser un ser en oposición a pensar el ser. Si buscas algo análogo en Occidente,  los fenomenólogos Husserl y Heidegger vienen a la mente. Heidegger, en particular, habló sobre la necesidad de 'saltar dentro del círculo' cuando nos aproximamos a la pregunta por el ser."

El estilo directo e incluso el humor de Dogen transmiten mucho mejor esta experiencia de "mismidad" del ser siendo (el Dasein de Heidegger) que los argumentos lógicos.

Aunque no estemos muy familiarizados con la doctrina zen los escritos de Dogen son de una belleza y profundidad que se revelan a quien se entrega a su lectura de buen ánimo, sin forzar el instante "eureka", sino dejando simplemente que las palabras se disuelvan y su sentido nos atraviese directamente. En otras palabras, dejando que las palabras mismas nos pongan en la posición del discípulo --que comparte la misma naturaleza del Buda, la naturaleza del Dharma, que es lo único que existe.

* Hay una forma sencilla de hacerse Buda: cuando evites las acciones perniciosas, no tengas apego por el nacimiento ni la muerte, y seas compasivo hacia todos los seres sintientes, respetuoso con los mayores y amable con los jóvenes, sin excluir ni desear ninguna cosa, sin ideas fijas ni preocupaciones, serás llamado Buda. No busques nada más.

* Si no puedes hallar la verdad justo donde te encuentras, ¿dónde más esperas hallarla?

* La iluminación es la intimidad con todas las cosas.

* Si crees que puedes iluminarte tan sólo adorando imágenes y reliquias, estás en un error.

* La vida de un maestro zen es una continua equivocación.

* Si quieres viajar por el camino de los Budas y los maestros zen, entonces no esperes nada, no busques nada, y no comprendas nada.

* Aquellos que ven la vida mundana como un obstáculo para el Dharma, no ven el Dharma en las acciones cotidianas; no han descubierto todavía que no existen acciones cotidianas fuera del Dharma.

* Estudiar la vía del Buda es estudiarse a sí mismo.

* Aplícate a ti mismo con diligencia, a todo lo que surja como 'sólo por un rato'.

* Ocúpate incluso de la hoja de hierba de tal modo que manifieste el cuerpo de Buda. Esto, a su vez, permite que el Buda se manifieste a través de la hoja.

* Me doy cuenta de que la mente no es otra que las montañas y ríos y la tierra grande y ancha, el Sol y la Luna y las estrellas.

* El sonido del agua corriendo es el gran discurso del Buda.

* Cae una flor, aunque la amemos; y la hierba crece, a pesar de que no la amemos.

* Como sea que naden, los peces nunca llegan al fin del mar; como sea que vuelen, los pájaros nunca llegan al fin del cielo.

* Elige ser derrotado en presencia del sabio que sobresalir entre necios. 

BONUS: El tonto se ve a sí mismo como si fuera otro; el sabio ve a otros como si fueran él mismo.

 

Más de Dogen aquí