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El burnout laboral es un trastorno emocional con serias consecuencias para la salud física y mental de los trabajadores

Para algunos puede ser difícil entender por qué ciertas personas parecen evitar las vacaciones. Después de todo ayudan a liberar estrés, pasar tiempo con los seres queridos, fortalecer las relaciones y proporcionar un cambio de ritmo al cuerpo y la mente, los cuales suelen experimentar un desgaste al enfrentar condiciones de trabajo que exigen altos e invariables niveles de productividad. Es verdad que existen adictos al trabajo o que algunas personas temen retrasarse si toman un tiempo fuera de la oficina, pero la realidad es que no tomar vacaciones o tener períodos de descanso significativo regularmente es una de las causas del "síndrome del quemado" o burnout laboral, el cual no debe tomarse a la ligera pues podría resultar en una pausa forzada del trabajo debido a complicaciones físicas o emocionales. 

Una investigación realizada en la University College London descubrió que excederse en las horas y carga de trabajo puede aumentar en un 33% el riesgo de experimentar un derrame cerebral. Y esto no es todo: la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco también se incrementa 13%. Pero independientemente de las consecuencias a la salud física, no tomar vacaciones  es contraproducente pues lleva al estancamiento creativo y una reducción drástica de la productividad. Además, los trabajadores con agotamiento tienden a cometer más errores. Por otro lado, desconectarse del trabajo aunque sea por un par de días ayuda a las personas a mantener una perspectiva más amplia de la vida en general y su vida en particular; como consecuencia sus relaciones personales se fortalecen y se sienten más felices, lo cual contribuye a contrarrestar los efectos del estrés. Sí, de alguna manera podríamos decir que la mejor medicina contra el estrés es la felicidad. 

Asimismo, la creatividad se nutre de las experiencias nuevas que tenemos. Así que evitar las vacaciones para intentar ser más productivo en realidad no funciona. Por el contrario, tomar un descanso podría ser mucho más productivo. Por ello, en caso de que tengas uno o más de los siguientes “síntomas”, ha llegado la hora de tomarte unas vacaciones. 

1. Presentas cualquiera de las señales de alarma relacionadas con el burnout.

Pon atención si estás irritable dentro y fuera de la oficina, tienes dificultad para concentrarte, tensión crónica, dolores de cabeza o migrañas, dolores de espalda o trastornos digestivos. Todos estos son síntomas de estrés crónico y no son algo que debas tomar a la ligera. 

2. No puedes dormir.

Otro signo a tomar en cuenta es si tienes alteraciones en tu ciclo de sueño, como dificultad para dormirte o si te despiertas durante la noche o en las primeras horas de la madrugada.

3. Te has perdido de cosas importantes en la esfera de tu vida privada. 

Si hace muchísimo que no ves a tu familia y te has perdido de bodas, bautizos, comidas, cumpleaños y demás celebraciones, esto indica que es momento de tomar vacaciones y volver a conectarte con ellos. 

4. Tu trabajo no te entusiasma. 

Si has empezado a detestar tu trabajo y lo que tienes que hacer, o simplemente no te emociona en absoluto lo que haces, significa que necesitas un poco de descanso.

5. Haces tormentas en un vaso de agua. 

Sentirse irritable, cambiar de humor drásticamente, experimentar un sentimiento de agobio y desesperanza son algunos de los síntomas emocionales relacionados con el burnout laboral. Si los pequeños problemas del trabajo o la vida te parecen irremontables, lo que necesitas es distanciarte de lo que te irrita y tomar un poco de perspectiva. 

6. Empiezas a tomar malas desiciones para lidiar con el estrés de tu trabajo.

Si has empezado a beber más, dejar de lado el ejercicio o darte atracones de comida para lidiar con las emociones de tensión y malestar fruto del estrés, también necesitas vacaciones. Insistir en estos hábitos sólo hará la recuperación más difícil. 

7. Toda tu vida se trata de tu trabajo. 

No es normal no tener ningún tipo de actividades, amistades o intereses fuera del trabajo. Si no te puedes imaginar sin la identidad que éste te proporciona y no te piensas sin él, esta es una señal de que tu relación con el trabajo no es sana. Puede que parezca contradictorio o difícil desprenderse un poco de él, pero a la larga te resultará más beneficioso cultivar una forma de autoestima que no dependa de tu profesión. 

Desgraciadamente los modos de producción actuales no obedecen a la inquietud de crear condiciones propicias para el florecimiento de la creatividad o el mantenimiento de la salud. Con frecuencia los trabajadores son incentivados a poner el trabajo como su prioridad número 1, lo cual resulta poco razonable si se toma en consideración que también son seres humanos con familias, intereses, deseos de realización personal e incluso de trascendencia espiritual, pero dejarse llevar por este tipo de demandas poco razonables puede tener consecuencias terribles para la integridad personal. Lograr el equilibrio en realidad significa encontrar un punto de apoyo dinámico, y en este sentido cultivar la flexibilidad y la autoconciencia para tomar mejores decisiones es de suma importancia.