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Las redes sociales se han convertido en pistas ideales a través de las cuales perseguimos recompensas a manera de likes

Al menos entre una buena porción de la población mundial, entender la vida contemporánea sin las redes sociales sería muy difícil. Y con los años hemos podido comprobar en carne propia algunas de las más notables bondades, así como los más ácidos demonios, que esta red social y su uso cotidiano tienen para nosotros. ¿Pero cómo explicar nuestra aprensión a estas "herramientas"? ¿Por qué tantas personas experimentan sensaciones similares a una adicción en su relación con las redes sociales?

Un nuevo estudio de la Universidad de California en Los Ángeles comprobó que el cerebro de las personas, y en particular de los adolescentes, reacciona a las interacciones en las redes sociales (likes, favs, etc.) de manera similar a como lo hace cuando ingiere un estimulante. En el experimento se monitoreó el cerebro (mediante fMRI) de adolescentes de entre 13 y 18 años mientras estaban en contacto con una red social que imita a Instagram. Los participantes miraban fotografías subidas en esta red; 1/4 parte de éstas habían sido publicadas por ellos mismos –y mostraban el numero de likes o reacciones que había generado cada una.

social-media-addict-needlesDurante el ejercicio los investigadores notaron que cuando uno de los participantes miraba una de las fotos que había subido la actividad cerebral se intensificaba. Pero lo más interesante es que, como explica Lauren Sherman a Wired, la región más estimulada era la que corresponde al circuito de recompensa:

Una región especialmente activa es una parte del cuerpo estriado llamada núcleo accumbens, que corresponde al circuito de recompensa y es particularmente sensible durante la adolescencia. 

En pocas palabras, y quizá debido a un sistema cultural de estatus ya adaptado a las redes sociales, cada vez que comprobamos que alguna de nuestras intervenciones en nuestras respectivas redes genera una interacción o reacción positiva, experimentamos una especie de micro high, similar a lo que ocurre cuando conseguimos algún logro o consumimos un trozo de chocolate. Esto es precisamente lo que nos haría perseguir, con cada vez mayor frecuencia, esa sensación, y por lo tanto mantenernos atados a esta actividad "social".

¿Te suena familiar?