Sonidos distendidos, como pinceladas de música mínima, así se manifiestan sonoramente muchos cuerpos en el universo. Lejos de la idea de un cosmos en silenciosa vacuidad, los habitantes estelares también están emitiendo, y permanentemente, frecuencias sonoras. Un buen ejemplo de esto es una de las más viejas estrellas de la Vía Láctea, la cual tiene más de 13 mil millones de años y que a continuación podrás escuchar.
Estas grabaciones fueron registradas por un grupo de astrónomos de la Universidad de Birmingham que utilizaron data extraída por misiones de la NASA. Los sonidos cacofónicos nos sugieren que el cosmos es en sí un carnaval de sonidos, muchos de ellos imperceptibles a simple oído humano pero que están siempre intercalándose, cobijándolo absolutamente todo, como un gran manto de oscilaciones acústicas.