Fotografía de Izaac Enciso
El arte contemporáneo parece postular un conjunto de valores que, fuera de la esfera económica, poco tienen que ver con la construcción de un discurso crítico a través de las prácticas estéticas, sino más bien con el ejercicio de dichas prácticas en un ambiente de conocedores, curadores, museógrafos y contadores: nunca en el mundo moderno hemos podido dejar de ver el arte a través del ojo del valuador y del subastador, del coleccionista y del decorador de interiores de lujo, y lo que dejan ver las ferias y bienales alrededor del mundo ofrece una visión por lo menos parcial del conjunto de prácticas artísticas que ocurren en el presente.
En esta breve serie hemos elegido a ocho artistas (quienes aparecen sin ningún orden en especial) bajo criterios un tanto arbitrarios o al menos regidos por una familiaridad común en cuanto a ciertos aspectos de sus obras: vinculación con el medio ambiente, utilización de técnicas poco convencionales como la robótica o el paisajismo urbano, y que directa o indirectamente proponen nuevas formas de sumarse a conversaciones en curso sobre la responsabilidad social de artistas, empresas y ciudadanos en el mantenimiento de una comunidad.
Fotógrafo mexicano que vive en Estados Unidos, quien con series como On the Go, Symbols y Axidens trabaja con la mirada como presencia "al nutrir la confianza en 'la primera impresión'", lo que permite ver cosas y lugares propios del paisaje moderno desde una luz perdida --o recobrada, según se observe.
Ilustrador, diseñador y artista oaxaqueño que con Migración ha propuesto un diálogo simbólico con los antiguos habitantes del país; a través del movimiento de las masas, los significantes, las marcas y los valores, Santiago plantea la mexicana como una identidad móvil y en perpetua transformación. La conjunción del pigmento de la grana cochinilla para producir distintos niveles de rojo junto a pintura acrílica industrial plantea la conjunción de lo natural y lo producido en masa como fórmula del imaginario actual.
Poeta, filósofa, activista y docente, Silvestri narra una intervención médica de 100 días en su último libro Game of Crohn, que puede leerse como un diario del cuerpo-paciente tanto como un manifiesto sobre cómo la salud y la ética se vinculan en la vivencia del cuerpo ante un cambio de vida crónico. El libro --editado y distribuido bajo demanda-- expone una ética vital que sirve también para concientizar nuestras propias dependencias sistémicas.
Parásitos urbanos - Gilberto Esparza 2006 de Centro Multimedia en Vimeo.
En obras como Parásitos urbanos y Cultivos, Esparza desarrolla "esculturas robóticas" que funcionan como artefactos que imitan la vida. Más allá de la posibilidad de limpiar el medio ambiente transformando los desechos en energía, la obra de Esparza propone una coyuntura entre imaginación y ciencia sumamente necesaria.
Este colectivo hizo mucho ruido en 2015 luego de pintar un macromural urbano de 20,000m² en el municipio de Palmitas en Pachuca, Hidalgo. La obra se presenta como un elemento de cohesión comunitaria donde se conjuntan esfuerzos tanto del colectivo como de la iniciativa privada y de gobierno.
Además de producir música, cine, performance y lo que él mismo ha llamado "arte vendible" Amorales recupera (tal vez inconscientemente) la idea del gremio medieval y realiza proyectos como la Coal Drawing Machine, una impresora que dibuja al carbón variaciones laberínticas de sellos demoníacos medievales proponiendo un entrecruce entre el saber oculto, la representación impresa de los circuitos modernos y el trabajo como una forma de bajar al Infierno.
Esta artista neozelandesa pone en crisis la relación del arte con el conservacionismo medioambiental al producir ropa y accesorios con piel de zarigüeya, que en la isla de Aotearoa está extendida como una plaga. Los ganaderos las cazan por miles, mientras Bagnall confecciona disfraces con las pieles y sale a hacer performances unipersonales en el bosque.
Nació en Canadá pero creció en Perú. Su pasión por la ilustración lo llevó a incursionar en el paisajismo urbano creando una obra psicodélica que abreva del imaginario cultural y simbólico latinoamericano, lo que se conjunta bien con su pasión por el viaje.