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La ciencia explica por qué nos enojamos con las personas que tienen posturas políticas diferentes

Política

Por: Luis Alberto Hara - 04/28/2016

En las personas que tienen posturas políticas distintas nuestro cerebro lee tribus enemigas y amenazantes

La política polariza y según Vargas Llosa "saca a flote  lo peor del ser humano", y hay una razón evolutiva para ello. 

Un estudio realizado por la Universidad de California en Santa Bárbara mostró que las diferencias en opiniones políticas activan zonas cerebrales ligadas a un circuito que ha evolucionado para registrar alianzas. Esto es algo que hoy podemos ver como un grupo político o un grupo de amigos en la escuela, pero que antes era una tribu y podía significar algo de vida o muerte (y pensándolo bien hoy también puede significar algo de vida o muerte, como ocurre en numerosos países donde abunda la violencia y el extremismo ligado a la política).

Según David Pietraszewski, autor de la investigación:

Cuando las personas expresan opiniones que reflejan las perspectivas de diferentes partidos políticos, nuestras mentes automáticamente las asignan a coaliciones rivales. En lo que concierne a nuestras mentes, la afiliación política es vista más como una membresía a una pandilla que una postura filosófica desafectada.

Al recabar información de la afiliación política este sistema neural empieza a ignorar otras señales, incluyendo la raza de los individuos afiliados. Es por ello que estas filiaciones pueden sobreescribir la raza de la gente, y podemos identificarnos con alguien de otra raza si la persona en cuestión tiene la misma postura que nosotros:

La disminución en la tendencia de la mente a categorizar a las personas por la raza empieza cuando la raza no logra predecir alianzas, pero otras señales sí. Es un distintivo de que nuestras mentes están respondiendo a las opiniones políticas como señales de una membresía a una coalición. 

Otro de los autores agrega que "nuestros cerebros están diseñados a atender a la alianza, no a la raza". Cuando hay factores que se anteponen a la raza para determinar una alianza, dejamos de atender al color de piel o a la etnia; cuando no existen estos factores, utilizamos la raza para definir si una persona es de nuestra coalición o de otra. Es por ello que Barack Obama o Benjamin Disraeli pueden ser de etnias distintas a la mayoría de sus electores. Es por ello también que las discusiones políticas suelen ser tan airadas y conflictivas.

 

(Imagen: Rodrigo Avilés vía El Definido)