*

La naturaleza está lejos de la humanidad, pero quizá no tanto en asuntos de seducción y apareamiento

Sabemos bien que parte de la condición humana es ya estar irremediablemente separados de la naturaleza. A pesar de los discursos que defiende un regreso a nuestro origen natural, lo cierto es que ser humano implica ser ajeno a dicho mundo por el solo hecho de que nuestra supervivencia tiene como condición sine qua non su transformación. Hasta donde sabemos, somos la única especie que no sólo usa sino que además transforma la naturaleza para su beneficio y su provecho, con las consecuencias conocidas que esto conlleva.

Con todo, al mismo tiempo existe --paradójicamente-- una especie de nostalgia por ese paraíso perdido, esa especie de seno materno del que fuimos arrancados y en el que --creemos-- se encontraba la tranquilidad, la certeza, la respuesta por el sentido de la vida.

En cierto sentido, un ejemplo de esa añoranza es este video que inicialmente fue auspiciado por Sagami Industries, una compañía japonesa de preservativos para quien se elaboró esta peculiar pieza que parte de una premisa en apariencia sencilla pero ingeniosa: ¿cómo se verían los rituales de apareamiento animal realizados por seres humanos?

El resultado es, por decir lo menos, extraño, pues si ya en los animales en los que sucede tiene su propia extravagancia, cuando se le mira despojado de esas cualidades que en cierta forma lo hacen admisible (plumajes, dimensiones, la animalidad misma), justamente parece perder sentido pero para adquirir otro. ¿Cuál? Acaso el único que podría tener para el ser humano: uno ligado a la cultura, esa segunda naturaleza nuestra. Específicamente, el de la estética. Para nosotros el cortejo se mira esencialmente como danza, como movimientos bellos, armónicos, que atraen quizá pero porque demuestran dominio del cuerpo, su puesta al servicio de la consecución de un objetivo, el mismo quizá que el del los animales, el apareamiento, pero recubierto con la pátina de la seducción, el erotismo. En una palabra –y so riesgo de sonar redundantes, la cultura, esa auténtica naturaleza nuestra.

 

También en Pijama Surf: La ciencia de la atracción física: 10 consejos científicos para ser sexy