6 sencillas ilustraciones para navegar la ¿complicada? mente de una persona introvertida
Arte
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 03/02/2016
Por: Juan Pablo Carrillo Hernández - 03/02/2016
Es posible que todos conozcamos a personas que, ante otros, en el contacto social cotidiano y en situaciones que implican estar con alguien más, parece que prefieren mantenerse al margen, en silencio, con una participación más bien mínima, nunca se sabe muy bien si por timidez o por otros motivos, si por falta de interés o porque encuentran difícil sentirse parte de ese flujo un tanto incierto que es la convivencia diaria.
En tiempos recientes esas personas han recibido la etiqueta de “introvertidos”, una categoría que si bien se remonta a los desarrollos teóricos de Carl Gustav Jung sobre la psique, algunas escuelas de la psicología contemporánea han adoptado como un terreno de investigación sobre la personalidad humana, dándole contenido en cuanto a la manera en que algunos se mueven por el mundo.
Lo cierto es que más allá de la definición que dan otros, quizá la mejor manera de saber qué significa ser introvertido sea darle voz a ellos mismos, conocer las expresiones de su subjetividad y a partir de eso no “intentar entenderlos”, como a veces se dice, sino más bien comprender nosotros mismos que hay quienes son así, sin más, que hay circunstancias de su historia de vida que explican esos rasgos que a otros pueden parecerles excéntricos; que, como dice el lugar común que no por común es menos cierto, cada cabeza es un mundo –y en el caso de los introvertidos, a veces es como si habitaran más en ese mundo interno que en este en el que todos convivimos.
En esta ocasión compartimos una serie de seis ilustraciones realizadas por Liz Fosslien y Mollie West y las cuales se presentan como una suerte de “guía” para navegar la mente de los introvertidos, o al menos saber qué pasa allá adentro.
Hay quien tarda más de lo "normal" en procesar las cosas. Según este estudio, en el caso de los introvertidos ello se explica porque al tiempo que procesan la información, paralelamente prestan atención a sus propios procesos mentales, pensamientos y sentimientos.
“Las personas tranquilas y silenciosas, son las que tienen las mentes más fuertes y ruidosas”. Eso dijo alguna vez Stephen Hawking, acaso porque intuyó los intensos procesos mentales de los introvertidos, que usualmente viven un profundo cuestionamiento mental antes de decir o hacer cualquier cosa.
El trabajo, por otro lado, destaca por la sencillez de los trazos, característica que de algún modo dialoga de manera elocuente con la forma de ser de los introvertidos, como si entre el estilo y la personalidad hubiera una correspondencia sutil pero al final armónica.
Otra investigación mostró que los individuos introvertidos, cuando hablan con alguien, son capaces de distribuir su atención y fijarla tanto en su interlocutor como en aquello que pasa en el entorno.
Uno de los fenómenos más singulares que distinguen el cerebro de los introvertidos es que, sorpresivamente, parecen necesitar menos dopamina para sentirse felices (en comparación con la media). Esto explica por qué se sienten satisfechos con experiencias aparentemente sencillas como leer a solas, comer con alguien más mientras platican o estar en una reunión con poca gente.
En un sentido similar al punto anterior, el psicólogo Hans Eysenck ha observado que la cantidad de estímulos que un introvertido necesita para sentirse estimulado es menor a la media, por lo cual es tan fácil que se sientan abrumados por el mundo exterior.
De nuevo a nivel cerebral, el poco entusiasmo que parecen mostrar los introvertidos ante una sorpresa se explica porque, por alguna razón no del todo clara, el centro de recompensa de su cerebro genera una respuesta menos placentera al momento de "ganar" algo.
¿Qué te parece? ¿Es una buena descripción gráfica de los introvertidos?