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Burroughs tejió fascinantes teorías lingüístico-existenciales en un universo donde el lector observa al lenguaje en acción como un otro dentro de sí mismo: como un virus, o bien, como un programa de computadora, mismo que puede modificarse a voluntad (conciencia)

Algunos de los textos más fascinantes de William Burroughs no forman parte del canon de sus novelas, como Junky Naked Lunch: las conversaciones que tuvo vía postal con Allen Ginsberg con respecto al yagé (Las cartas del yagé) son un buen ejemplo de que en Burroughs no sólo habitaba un novelista magistral, sino también un ensayista, un pensador de altos vuelos, con ideas fascinantes y bien cimentadas.

Otro de tales textos es The Electronic Revolution, que comienza como una teoría del origen del lenguaje humano y termina agitando las banderas de la indignación al llamarnos a asumir que a) el lenguaje es un virus (y UN arma); b) que su existencia es simbiótica con la nuestra, y c) que podemos aprender a utilizarla para sortear las trampas ideológicas que el virus mismo reproduce.

Existen tres lecciones de reprogramación gramática que podemos extraer y formular en actos lingüísticos cotidianos. Pueden resumirse así: 1) dejar de pensar en términos de cópula (en inglés, verbo ser/estar); 2) reemplazar los artículos definidos ("el, la, los", etc.) por indefinidos ("un, uno, una", etc.), y 3) reemplazar las dicotomías del tipo esto/lo otro en fórmulas con "y" (i.e.: esto/y lo otro).

A continuación algunos extractos de Burroughs donde se explican mejor estas cuestiones (el texto completo de The Electronic Revolution puede consultarse vía UbuWeb).

1. Cópula

El ES DE IDENTIDAD. Eres un animal. Eres un cuerpo. Ahora bien seas lo que seas no eres un "animal", no eres un "cuerpo", pues estas son etiquetas verbales. El ES de identidad arrastra la obligación de condición permanente. De permanecer así. Todo nombrar presupone el ES de identidad. (...) Este concepto es innecesario en un lenguaje jeroglífico como el del antiguo Egipto y con frecuencia es omitido del todo. No es necesario decir que el sol ESTÁ en el cielo, sol en cielo es suficiente. El verbo SER puede omitirse fácilmente de cualquier idioma. (...) Seas lo que seas, no eres/estás en las etiquetas verbales de tu pasaporte mucho más de lo que eres la palabra "soy ["self"]. De modo que debes estar preparado para probar en todo momento lo que eres y lo que no eres.

2. Artículos

EL ARTÍCULO DEFINIDO EL. El contiene la implicación de solamente uno y único: EL Dios, EL universo, EL camino, El bien, EL mal, Si existe otro entonces UN universo, UN camino ya no es más EL universo, EL camino. El artículo definido EL será borrado y el artículo indefinido UN tomará su lugar. (...) Artículo definido EL contiene implicaciones de ningún otro. EL universo te encierra en el EL, y niega la posibilidad de ningún otro. Si otros universos son posibles, el universo ya no es más EL se vuelve UN.

3. Esto/Lo otro - Y

TODO EL CONCEPTO DE ESTO/LO OTRO [O]. Correcto e incorrecto, físico o mental, verdadero o falso, todo el concepto de o será borrado del [the language] y reemplazado por yuxtaposición, por Y. Esto se practica en cierta medida en cualquier lenguaje pictórico [pictorial language] cuando dos conceptos se colocan literalmente lado a lado. (...) [Una] orden contradictoria cobra fuerza del concepto aristotélico de esto/lo otro. Hacer todo, no hacer nada, tenerlo todo, no tener nada, hacer por completo, no hacer en absoluto, levantarse, estar de pie, estar tirado, estar adentro, estar afuera, estar presente, estar ausente. 

La conclusión de Burroughs tiene un matiz lacaniano, en el sentido de que "la mente reactiva" puede reducirse a este juego conceptual donde "eres lo que no eres", es decir "formulaciones verbales". Estamos y no estamos en nuestro nombre, que no es "el" nombre, sino uno de ellos, con los cuales no entra en pugna por prevalecer (esto/lo otro), sino que permiten pensarnos como parte de lo múltiple, siendo el lenguaje un eje de referencia operativa más que la casa del ser, como quería Heidegger (o bien podría serlo, a condición de aceptar que la casa del ser es invisible, UNiverso que colinda con este --¿cuál?-- sin que la simulación llegue a ser definitiva e irreversible).

 

(Traducción de Javier Raya)