Fotógrafo revela lo que se esconde debajo de la ropa cotidiana de las personas tatuadas
Arte
Por: Luis Alberto Hara - 10/28/2015
Por: Luis Alberto Hara - 10/28/2015
Al ver la serie de fotografías de personas tatuadas realizada por el fotógrafo londinense Alan Powdrill es inevitable pensar en este brillante fragmento del "El hombre ilustrado" de Ray Bradbury:
El hombre ilustrado volvió hacia mí la cabeza, mostrándome el pecho.
-¿Están todavía ahí?- me preguntó.
Durante unos instantes no respiré.
- Sí–dije-, están todavía ahí. Las ilustraciones.
-Me cierro la camisa a causa de los niños-dijo el hombre abriendo los ojos-. Me siguen por el campo. Todo el mundo quiere ver las imágenes, y sin embargo, nadie quiere verlas.
El hombre se sacó la camisa y la apretó entre las manos. Tenía el pecho cubierto de ilustraciones, desde el anillo azul, tatuado alrededor del cuello, hasta la línea de la cintura.
-Y así en todas partes-me dijo adivinándome el pensamiento-. Estoy totalmente tatuado. Mire.
Abrió la mano. En la mano se veía una rosa recién cortada, con unas gotas de agua cristalina entre los suaves pétalos rojizos.
-Extendí la mano para tocarla, pero era sólo una ilustración.
En cuanto al resto, no sé cómo pude quedarme quieto y mirar. El hombre ilustrado era una acumulación de cohetes y fuentes y personas, dibujados y coloreados con tanta minuciosidad que uno creía oír las voces y los murmullos apagados de las multitudes que habitaban su cuerpo. Cuando la carne se estremecía, las manitas rosadas gesticulaban, los labios menudos se movían, en los ojitos verdes y dorados se cerraban los párpados. Había prados amarillos y ríos azules, y montañas y estrellas y soles y planetas, extendidos por el pecho del hombre ilustrado como una Vía Láctea. Las gentes se dividían en 20 o más grupos, instalados en los brazos, los hombros, las espaldas, los costados, las muñecas y la parte alta del vientre. Se los veía en bosques de vello, escondidos en una constelación de pecas, o hundidos en las cavernas de las axilas, con ojos resplandecientes como diamantes. Cada grupo parecía dedicado a su propia actividad; cada grupo era toda una galería de retratos.
-¡Oh! ¡Son hermosas!-exclamé.
Muchas de las personas retratadas en la serie de Powdrill están tatuadas de los pies a la cabeza, son de algún modo obras de arte que respiran, se mueven y hacen sus labores cotidianas.
Cada una de las fotos de Powdrill viene con un breve comentario de la historia de los tatuajes. Algunos comenzaron a hacerse tatuajes muy tarde, mientras que otros son entusiastas de toda la vida y empezaron a tatuarse desde antes de que fueran mayores de edad.
Powdrill tiene toneladas de grandes fotografías de gente interesante en su cartera, por lo que si te gusta esta serie, asegúrate de echar un vistazo a sus otros trabajos en su página web.
Sus fotos se exhibirán en Londres el 11 de noviembre, así que si vas a estar en esa ciudad, visita su sitio para obtener más información.
[Vía Bored Panda]