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¿El mundo y nuestra experiencia de vida es el sueño de la divinidad que en realidad somos?

Kensho es una palabra utilizada en el budismo japonés para significar una revelación o epifanía que nos acerca a la iluminación pero que no es todavía el despertar completo. La visión espiritual debe aplicarse a la vida cotidiana para transformar al ser. Parece adecuada la elección de este título para este corto animado de Aaron Paradox en el que se ilustra una narración de Alan Watts. El filósofo y teólogo británico explora la idea de que el mundo y nuestra experiencia de vida es el sueño de la divinidad que en realidad somos, y que se divierte, se oculta, se seduce, se enriquece a sí misma experimentando todas las posibilidades del sueño, incluyendo perderse en el olvido de sí. 

Watts especula que después de soñar mundos paradisíacos de éxtasis total, el soñador probablemente se aburriría y soñaría mundos más allá del placer para experimentar todas las posibilidades, aventurándose a la materia, la dualidad, el sufrimiento, etc. Dentro de todas las posibilidades llegaría el momento en el que soñador soñaría "el sueño de vivir la vida que estás viviendo hoy, esta sería una dentro de la infinita multiplicidad de opciones. Y cuando estés listo te vas a despertar y mientras no estés listo no te vas a despertar". Despertaremos cuando asimilemos, nos dice Watts, todo el abanico de la existencia, la muerte y la vida, la luz y la oscuridad como polos complementarios más allá de la dualidad, la conciencia del ser individual en completa identidad con la existencia misma que permea todas las cosas.

Kensho es básicamente un tour de force hacia el corazón enteógeno de la vida, un disparo de diamante en el que atravesamos mundos, galaxias, moléculas, pirámides, selvas, flores, ojos, mandalas, fractales, miradas y sueños para descubrir que somos todo eso.

 

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