*

Los ciudadanos de Melbourne escriben miles de cartas de amor a sus árboles

 

1280px-Flagstaff_Gardens_Melbourne

Flagstaff Gardens, Melbourne. Imagen: Wikimedia

 

En 2013 las autoridades de la ciudad de Melbourne, Australia, asignaron correos electrónicos a los árboles como parte de un programa de conservación y seguridad pública. La idea era que los ciudadanos reportaran cuando se encontraban con ramas que habían crecido demasiado o alguna anomalía por el estilo.

Sin embargo, el programa tuvo "consecuencias positivas inesperadas", según le dijo el consejero Arron Wood a The Atlantic. Al parecer los ciudadanos no solo usaron este conducto para hacer reportes a la administración sino que se pusieron creativos y emotivos y utilizaron los emails para escribir directamente a los árboles "desde saludos hasta preguntas sobre eventos actuales, cartas de amor y dilemas existenciales". Un joven escribió:

Después de dejar la Universidad ayer quede impactado, no por una rama, sino por tu belleza radiante. Debes de recibir estos mensajes todo el tiempo. Eres un árbol tan atractivo.

Entre el simple juego inocente y la comunicación metafísica con los árboles, esos seres que siempre han estado ahí a lo largo de la historia para escuchar y ofrecer su apoyo incondicional, los ciudadanos de Melbourne han escrito miles de emails a robles, sauces, cedros y demás árboles, algunos de los cuales les han contestado (pueden verse aquí algunos ejemplos de esta correspondencia tecnoanimista). Este tipo de interacciones a nivel micro, entre ciudadanos y ciudad y sus múltiples elementos, podría llegar a niveles insospechados con el Internet de las cosas, cuando sea posible que cada objeto esté vinculado a la Red. Al menos esperemos que se mantenga cierta magia, como en este caso, que realza el sentido estético y la ligereza de la vida urbana.