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Cuando la naturaleza reclama lo que es suyo y se trepa y se entremete en cada muro y hueco que quedó de las construcciones humanas

Una de las versiones más encantadoras del fin del mundo es algo como esto. Cuando la naturaleza reclama lo que es suyo y se trepa y se entremete en cada muro y hueco que quedó de las construcciones humanas. El fotógrafo chino Tang Yuhong nos ofrece un maravilloso viaje fotográfico a un pueblo pesquero abandonado en China, donde la enredadera –esa danzante de las plantas– casi ha terminado por tapar todo.

El pueblo se encuentra en las islas Shengsi, cerca de la boca del río Yangtsé. Si esto es lo que sucede en una sola isla, es ya una invitación irresistible para conocer todo el archipiélago.  

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