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¿Qué ocurre cuando niñas de Brooklyn toman ayahuasca? (VIDEO)

Arte

Por: Luis Alberto Hara - 05/24/2015

Nuevo documental explora las paradojas del consumo de la ayahuasca en las metrópolis modernas

 

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En los últimos años la ayahuasca, el milenario brebaje amazónico, ha cruzado las fronteras permitiendo que personas de todo tipo de culturas y entornos experimenten esta poderosa medicina. En algunos casos esto ha generado un marcado contraste entre las asociaciones tradicionales de esta medicina chamánica y sus nuevos comensales: culturas que chocan o que se fusionan armónicamente; lo que es seguro es que estos encuentros no son fortuitos e intrascendentes.

Uno de los casos más radicales y coloridos es el que documenta Melanie Bonajo en su documental Night Soil- Fake Paradise, un retrato y recuento de las experiencias con ayahuasca que han tenido chicas de Brooklyn, Nueva York, la cuna del hipsterismo. En esta pieza que mezcla el documental con el performance y el shoot de moda, podemos escuchar los relatos de jóvenes hipsters enfrentándose al mysterum tremendum, entre terror, clichés, confusión, cuteness y siempre una dosis de nueva sabiduría y catarsis. Viendo el tráiler uno entra en un estado oximorónico: las niñas revelando perlas de psicología de la transformación, como su diagnóstico de que la medicina occidental sólo suprime los síntomas y no profundiza en las causas, cómo solemos estar dominados por miedos inconscientes y cómo la ayahuasca nos muestra que pase lo que pase todo pasa, mientras que vemos a una nadando desnuda en una alberca persiguiendo la luz, o meditando en flor de loto en bikini ante el "abuelo fuego" o disfrazadas de faux chamanes en ceremonias estrambóticas con plumas y t-shirts de American Apparel o accesorios de Urban Outfitters o algo así. Curiosamente Bonajo, quien es una artista conceptual y ha montado la película como parte de la exhibición Nocturnal Gardening, señala que ve la ayahuasca como una sustancia anticapitalista.

No hay que descartar del todo la visión de Bonajo, quien parece ser consciente de las paradojas que sus imágenes provocan yuxtapuestas a estos relatos. La idea es mostrar la experiencia de la ayahuasca, algo que originalmente ocurre en la profundidad de la selva amazónica, contrastada con la urbanización y la hiperpenetración del capitalismo. Bonajo señala que el LSD, al no encontrar un contexto apropiado, perdió su enorme fuerza terapéutica y se fue diluyendo (al menos ya no se presenta como una sustancia revolucionaria). No es lo mismo que la ayahuasca, evidentemente, puesto que la ayahuasca cuenta con una tradición ritual milenaria que se preserva aún con fuerza, sin embargo, el potencial de esta experiencia, al menos en Occidente, podría desarticularse y desperdiciarse si no somos capaces de integrarlo dentro de un set and setting que permita que los usuarios tengan experiencias suficientemente intensas y seguras y en las que se logre mantener la esencia. Una esencia que está ligada a la iniciación en los misterios de la psique humana, primordialmente el aspecto de la catábasis (el descenso al inframundo) y la anábasis (el ascenso).  

 

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