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Cada vez más músicos invitan al público a dedicar más energía a vivir la experiencia que a transmitir y documentar sus conciertos

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El acceso a dispositivos tecnológicos que nos permiten fotografiar o videograbar aquello que sucede a nuestro alrededor es bastante estimulante. Incluso conlleva beneficios creativos, periodísticos y otros, que hasta hace unos cuantos años eran casi inimaginables. Sin embargo, el doble filo de esta generación viral de contenidos es que hoy mediatizamos más que nunca nuestra realidad, es decir, imponemos mediadores entre la experiencia "real" y nuestra vivencia.

Un claro ejemplo de lo anterior se puede apreciar en los conciertos. La cantidad de personas que parecen preocuparse más por documentar fragmentos del "show" y dejar testimonios en las redes sociales de lo que supuestamente están viviendo que por vivir el momento es, por lo menos, notable. 

Respecto de esta masiva práctica hay músicos que afortunadamente están levantando la voz para recordar a sus seguidores que la esencia de asistir a un concierto es, precisamente, la vivencia (y no la transmisión reinterpretada de la experiencia según nuestro "superyó" digital). 

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En una entrevista para Rolling Stone, Jack White comentó:

¡Las personas ya no pueden aplaudir porque tienen una pinche cosa para textear en las pinches manos, y probablemente también un trago! A muchos músicos no les importa esto, pero yo le permito al público decirme qué hacer. No hay un setlist predeterminado. Y si no pueden devolverme algo de esa energía, entonces tal vez estoy perdiendo el tiempo. 

Durante la presentación de su más reciente álbum Syro, Apex Twin solicitó al público abstenerse siquiera de llevar sus dispositivos móviles a la locación. Y como apuntamos en la reseña que publicamos sobre este álbum:

la invitación era a escuchar la música que James estrenaba y no a tuitear sus sensaciones, instagramear su outfit de la ocasión o presumir su presencia vía Facebook. Tampoco se trataba de dedicar tiempo y energía a tratar de documentar en foto o video la experiencia –lo cual podría interpretarse como una cátedra de gentileza pro musical, un gesto especialmente pertinente en esta época.

Otros músicos, por ejemplo Björk y Prince, simplemente han optado por invitar a no grabar o sencillamente prohibir el uso de celulares durante sus conciertos. En el caso de la islandesa, durante el festival Bonnaroo solicitó, vía un mensaje proyectado en una pantalla, que el público se abstuviera de registrar la sesión: "A solicitud de la artista por favor eviten tomar fotografías o video. Esto distrae a Björk y a ella le gustaría invitarlos a disfrutar ser parte del performance en lugar de preocuparse por documentarlo". 

En fin, ojalá que está invitación a "desmediatizar" nuestras vivencias, comenzando por los conciertos pero aplicable también a muchas otras experiencias, resuene lo suficiente como para llevarla realmente a la práctica.