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El fotógrafo (y pornógrafo) Jacques Biederer hizo esta serie de hermosos retratos en la época de entreguerras del siglo XX en París

 

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Cuando el erotismo aún estaba asociado con lo secreto (y no era un elemento presente en la vida cotidiana), existió el fotógrafo Jacques Biederer. Era el período de entreguerras en París y él era un artista checo que probaba su suerte allí. Y como nadie lo había hecho, mezcló elementos del fetichismo –látigos, dominación, corsés, juegos de roles– con el tono adorable del burlesque de épocas pasadas. Sus composiciones, de hecho, fueron bastante escandalosas, pero siempre lo salvó el “ojo artístico” con que retrataba y su implícito sentido del humor.

El erotismo no sólo de los cuerpos de las modelos sino de sus espíritus a todas luces lúdicos hizo del sadomasoquismo una suerte de mitología narrativa y graciosa, donde la realidad se volvía un poco (pero sólo un poco) mas salvaje. Biederer atentaba contra la supuesta “decencia” de las damas parisinas y el supuesto “honor” de los hombres de la época. Pero en Biederer no hay misoginia ni explotación, como apunta Dangerous Minds:

El trabajo de Biederer –ya sea una sonriente ingenua o la siempre valiosa composición de una dominatrix, las emociones de sus sujetos y la sexualidad– en lugar de simples mecánicas del sexo. Incluso si no es lo tuyo, las fotos son adorables y extrañas –tienen un sentido del humor que no es misógino ni pretencioso.

 

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