*

El programa Planck ha revelado datos sobre el universo que hacen de este un escenario aún más apasionante de lo que hasta ahora creíamos

planck-data

Cuando todavía muchos jugamos con la posibilidad de que el universo jamás haya tenido un principio como tal, lo cual constituiría una discreta paradoja dentro de la sofisticada extravagancia de la física en planos subatómicos, el programa de la Agencia Aeroespacial Europea, Planck, recién calculó con precisión la edad de nuestro universo. 

Este programa fue creado para rastrear la primera luz que existió –esa hebra lumínica, pionera, que se desprendió tras el Big Bang. Luego de analizar la data recabada en torno a los ritmos de expansión del universo a lo largo de la historia, utilizando como base un mapa del Cosmic Microwave Background (CMB), los investigadores calcularon que el universo tiene 13 mil 770 millones de años.  

Afortunadamente, durante este proceso no solo se logró determinar la edad precisa del universo –lo cual representa una coordenada fundamental para posteriores estudios–. Los investigadores también establecieron que tan sólo 4.9% del universo corresponde a materia ordinaria, 25.9% a materia oscura y el restante 69.2% a oscura y misteriosa energía, lo cual sugiere de manera intrigante lo poco que conocemos y, sin más, siquiera concebimos, del componente de nuestro universo –recordemos que, ya de por sí, la materia oscura mantiene innumerables misterios para la ciencia; ahora imaginemos que la mayoría de lo que nos rodea mantiene un nivel mucho mayor de hermetismo ante nuestra comprensión. Además, se determinó que las primeras estrellas tardaron en formarse alrededor de 550 millones de años tras el Big Bang.

Screen Shot 2015-02-16 at 12.33.04 PM

Las medidas tomadas por el Planck fueron registradas en nueve frecuencias de banda que se emplearon no sólo en mapear la temperatura de la radiación sino también su polarización, lo cual arrojó información de la etapa joven del universo y del campo magnético de nuestra galaxia. Finalmente, además del CMB, la misión acuñó un mapa de la emisión polarizada de polvo interestelar, que comprende un catálogo de 13 mil 188 nubes densas frías en la Vía Láctea, y de 1,653 cúmulos.

Y bueno, más allá de las abstracciones impenetrables que emanan de cifras tan distantes a nuestra existencia humana, este tipo de datos es, para el humano común y corriente como nosotros, por lo menos un recordatorio que nos invita a redimensionar nuestro ínfimo rol en esa inabarcable puesta en escena cósmica que es este universo. Nuestros problemas y alegrías son minúsculos fragmentos de confeti en esta fiesta, ni más, ni menos. 

[IBTimes]