*

Por qué salir a caminar con tus amigos al bosque es lo mejor que puedes hacer para tu salud

Salud

Por: Jimena O. - 11/23/2014

Un fácil y potente coctel para la salud moderna que combina el prana de la naturaleza, el ejercicio y la distensión mental de la caminata y los neurotransmisores de bienestar que generan los lazos grupales

Fall-Hiking-800x482

Sabíamos, por estudios previos, que salir a caminar al aire libre nos revitaliza tanto como tomar una taza de café (y sin el bajón subsecuente). Y la sabiduría milenaria de grandes artistas y filósofos nos dice que caminar es el mejor estimulante para el pensamiento (muchas de las grandes ideas de la humanidad surgieron en una caminata). Pero el ingrediente que faltaba era hacer esto con un grupo de amigos --quizás no para tener ideas trascendentales, pero sí para maximizar el efecto saludable.

Recientemente la Universidad de Michigan informó sobre los resultados de un estudio, publicado en la revista Ecopsychology, en el que las caminatas grupales mostraron bajar significativamente los niveles de depresión y estrés y aumentaron la salud mental y el bienestar.

Salir a caminar es algo accesible, de bajo riesgo y bajo costo, que puede servir como un poderoso ejercicio para combatir el estrés si se combina con un escenario natural dentro de un grupo. Nuestra investigación muestra que algo tan sencillo como unirte a un grupo de caminatas al aire libre no sólo mejora las emociones positivas de un individuo sino que provee una alternativa no farmacológica para condiciones tan serias como la depresión.

Lo interesante de este caso es sumar el elemento de socialización al ejercicio físico y al contacto con la naturaleza. Los efectos positivos de ser parte de una comunidad no deben ser desestimados. Existen varios estudios (como este y este otro) que sugieren que la comunicación, la intimidad y el afecto propios de las comunidades o de las amistades cercanas tienen mayor injerencia en la salud que los hábitos alimenticios o el ejercicio. Tal vez porque, como sugiere Howard Bloom, más que individuos somos extensiones de un superorganismo colectivo.

Si a esa caminata, llenándote de la medicina verde de los valles y árboles que respiras, le sumas un momento de meditación (sobre alguna roca especial, al lado de un árbol en flor o tocado por los rayos del Sol) entonces, amigo, tienes ahí una infalible receta para combatir el trajín cotidiano que te deprime y salirte de los confines de la maquinaria opresora de la urbe de concreto que llevas contigo en la mente.