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Entre motines y desesperación masiva, hoy decenas de miles de personas en Estados Unidos, Inglaterra y otros países acuden a las tiendas en búsqueda de las mejores ofertas del año, dispuestas a atropellar cualquier cosa que se les interponga (incluyendo ellas mismas)

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Hoy es el Black Friday, el día en el que hordas de consumidores se precipitan a las tiendas abandonando toda calma humana para convertirse en posesos autómatas en búsqueda de conquistar la mejor oferta y la ilusión de haber zanjado su economía. Bajo el presupuesto de que la economía necesita del incremento perpetuo del consumo, el Viernes Negro cada año se supera con una mayor maquinaria mediática y apoyo de las autoridades (en México recientemente se instauró el Buen Fin, en una medida que disuelve las fronteras entre gobierno y corporaciones).

Si bien es difícil culpar a las personas de bajos ingresos que aprovechan la oportunidad de obtener el electrodoméstico de sus sueños, observar, a la manera de un antropólogo social, a las masas inflamadas por los descuentos resulta un poco preocupante en lo que se refiere a la especie humana --que se amotina en los pasillos de Walmart, y que otrora componía poemas épicos sobre las intervenciones de los dioses en nuestras vidas.

El sitio New Inquiry, siempre mordaz, ha compartido estos GIFs en los que podemos ver irónicas representaciones de lo que sucede en torno a la circulación de bienes en el capitalismo moderno.

 

Labor humana, compra este Viernes Negro baratos trabajadores africanos o asiáticos, amas de casa centroamericanas.

 

 

La iteración de anaqueles de supermercado, como el sueño de la biblioteca de Borges, sólo que de un mercadólogo.

 

Fármacos, productos químicos e industriales a la venta en el mercado global de Ali Babá. Veneno al alcance.