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Fumando un porro con Bob Marley (o su fantasma)

Por: Luis Alberto Hara - 11/20/2014

Marley Natural será un tipo de marihuana disponible en los dispensarios y tiendas donde las leyes permitan su consumo. Será una mezcla especial que incluirá cepas jamaicanas "que Bob Marley disfrutaba", según su página web

En uno de los matrimonios más bizarros de la contracultura y el mercado (al igual que uno de los más inevitables), una compañía llamada Privateer ha llegado a un arreglo con los herederos de Bob Marley, con el fin de comercializar una línea de productos y marihuana basados en su imagen.

Marley Natural será un tipo de marihuana disponible en los dispensarios y tiendas donde las leyes permitan su consumo. Será una mezcla especial que incluirá cepas jamaicanas "que Bob Marley disfrutaba", según su página web.

La línea de productos incluirá accesorios para almacenamiento de marihuana de consumo personal, además de lociones y cremas para tratar la insolación. En suma, toda la simulada experiencia de fumarse un porro con Bob Marley después de jugar un partido de soccer.

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Según Brendan Kennedy, CEO de Privateer, "a esto nos referimos cuando hablamos de marcas globales. Hablamos de una marca que tiene reconocimiento global inmediato"; reconocimiento que puede transformarse en capital económico al recontextualizar un objeto contracultural como Bob Marley, de manera que los valores simbólicos asociados a dicho objeto se transfieren al producto. En otras palabras, la marca es el fantasma del valor deseable, el aroma que deja a su paso, algo que apela a los sentidos --y puesto que los sentidos no mienten, el mercado los convierte en entretenimiento.

Convertir cualquier cosa en marca es el deseo de extraer una esencia deseable y meterla en la lógica del mercado. Es una fórmula mágica del mercado que los inversionistas han sabido capitalizar asombrosamente bien. Tal vez no se trate sino de los ciclos de la rueda de la fortuna del símbolo; la Historia, decía Marx, ocurre dos veces: primero como tragedia, luego como farsa. Es fácil, en este caso, augurar todas las críticas imaginables a una fusión como esta.