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En Altaí, Rusia, se alzan unas magnificas estructuras de piedra que evocan grandes hongos o sutiles seres con una prominente cabeza

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Piedras suspendidas como por un equilibrista gigante se elevan entre las montañas de Altaí, en Rusia. Una serie de formaciones conocidas como "kurums", que consisten en remanentes rocosos creados por el viento en las laderas y en la falda de las motañas.

 

Estos impresionantes hongos de piedra son formados por la erosión de masas pétreas, específicamente lo que se conoce como denudación. Los "hongos" se forman por capas menos resistente, cinceladas por el agua que fluye en las laderas.

 

Estos "hongos" de piedra, que evocan una civilización de psiconautas perdida o petrificada, atraen a miles de turistas cada año, pero eventualmente desaparecerán. Muchos de los "sombreros" ya se han caído en pequeños terremotos.

Los kurums son apenas una de las múltiples atracciones que tiene Altaí, una de las regiones visual y espiritualmente más atractivas del planeta.

  

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Los hongos monolíticos de Altaí

 

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Delicados y exuberantes paisajes petrificados

 

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Los hongos petrificados como testigos poéticos del valle

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