Una de las piezas más estimulantes de la Bienal de Kobe de 2013 fue Wink Space, un túnel de espejos dentro de un contenedor que está todo unido por zippers. La pieza fue construida con espejos que formaron una superficie multifacética dentro del contenedor, creando un ambiente alucinado de psicodelia fragmentaria que cambia dependiendo de quien entre.
Para crear esta instalación prismática, los diseñadores japoneses Masakazu Shirane y Saya Miyazaki doblaron un espejo gigante como una hoja de origami y luego conectaron los 1,100 paneles triangulares con cremalleras. “Queríamos crear la primera arquitectura con cremalleras”, dice Shirane. “En otras palabras, este poliedro está completamente conectado con cremalleras. Y para facilitar aun más el cambio radical, algunas de las superficies abren y cierran como ventanas”.
