*

Burócratas de la ciudad sueca de Gotemburgo serán divididos en dos grupos para probar los efectos de la reducción de la jornada de trabajo a tan solo 6 horas diarias.

six¿Por qué si la tecnología y la técnica en general se han desarrollado tanto en las últimas décadas, la jornada laboral continúa siendo de ocho horas reglamentarias y, en no pocos casos, incluso más que eso? La pregunta no es sencilla y tampoco ingenua. Desde cierta perspectiva, ello atenta contra los fundamentos del sistema de producción en el que vivimos y la necesidad que éste tiene del trabajo humano.

Con todo, también desde hace tiempo existen propuestas para reducir la jornada sin modificar radicalmente el sistema. En Pijama Surf hemos recordado varias veces el planteamiento que Bertrand Russell hizo en su Elogio de la ociosidad, en donde expuso la posibilidad de que las máquinas sustituyeran al ser humano en las labores productivas para que éste pudiera, en cambio, entregarse a actividades que cultivaran su espíritu. El economista John Maynard Keynes, cuyas ideas han sido marginadas por los expertos de la escuela neoliberal, consideró que para el año 2030 se trabajaría en promedio 15 horas a la semana. Asimismo, nuestro colaborador Christian Bronstein y Eric Winer publicaron el inquietante ensayo Por qué no deberíamos trabajar más de seis horas, en donde elaboran sobre las ventajas y las posibilidades reales de esa duración para el trabajo cotidiano.

Ahora, en Suecia, esta idea está a punto de convertirse en realidad. Próximamente, burócratas de la ciudad de Gotemburgo serán las primeras personas en probar los efectos de una jornada laboral de tan solo seis horas. El experimento se llevará a cabo a partir del próximo 1 de julio con dos grupos de empleados gubernamentales de dicha ciudad; mientras que uno continuará laborando en el horario habitual de ocho horas, el otro cambiará a seis horas diarias de trabajo. Por el momento, la comparación entre uno y otro se evaluará sobre todo en términos de productividad, bajo la hipótesis de que reducir el tiempo de trabajo incrementa la concentración y, por lo tanto, la eficiencia laboral.

Se trata, sin duda, de una prueba de la que es necesario estar al tanto y conocer los resultados que arroje.