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Software que simula ser un niño de 13 años es el primero en superar la prueba de Turing

Ciencia

Por: Jimena O. - 06/09/2014

"Eugene Goostman" se ha convertido en el primer software de la historia en sostener una conversación con un ser humano sin que éste se percatara de que se trataba de una inteligencia artificial

turing

El test o prueba de Turing fue un método desarrollado por el matemático del mismo nombre para probar la inteligencia artificial. Si el presupuesto de ésta es imitar la inteligencia humana, entonces tendría que haber una forma de medir los alcances de dicho éxito. Para ello, Alan Turing pensó en un examen basado en la comunicación: un software tendría que hablar con una persona de manera tal que no hubiera contacto visual y después esta última tenía que decir si el interlocutor era un ser humano o una máquina. Si al menos 30% de los participantes había sentido que estuvo conversando con otra persona, entonces el programa aprobaría el test de Turing.

El test de Turing data de 1950 y, desde entonces, ningún software lo había aprobado con suficiencia. Uno de los más cercanos al éxito fue ELIZA, un programa de Joseph Weizenbaum que, a partir de cierta idea elemental de un psicoterapeuta de la escuela rogeriana, respondía al interlocutor preguntando, con lo cual parecía posible sostener una conversación coherente y hasta cierto punto profunda. Si, por ejemplo, la persona preguntaba a ELIZA: “¿Quién eres?”, el programa contestaba: “¿Por qué estás interesado en saber quién soy?”.

Programas como ELIZA o PARRY eran, sin embargo, demasiado elementales, y bastaba con elevar un poco el nivel de la conversación hacia asuntos más complejos y con más matices que un simple “¿Cómo estás?” para que el engaño se descubriera.

Ahora, según se ha informado, un software que simula ser un niño de 13 años es el primero en la Historia en superar la prueba de Turing, haciéndole creer a una de cada tres personas que no era un programa de computación sino una persona real. 

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Alan Turing de joven (Sherborne School/AFP/Getty Images)

Se trata de “Eugene Goostman”, creado por Vladimir Veselov y Eugene Demchenko. El “joven” Goostman pudo conversar con académicos de la University of Reading manteniendo la plática lo suficiente como para hacerle creer al 33% que en realidad se trataba de un pre-adolescente. Según declaró Kevin Warwick, uno de los profesores que probó suerte con el software, en este caso la naturalidad se logró gracias a que los recursos de hacer preguntas o plantear temas no se forzaron haciéndolos parecer más importantes que la conversación misma.

A mediados del siglo XX,  Alan Turing se preguntó si las máquinas pueden pensar. Ahora, más de 60 años después, parece que la respuesta ha llegado.