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Postales del infierno: fotógrafo documenta su propia adicción a la heroína (FOTOS)

Por: Luis Alberto Hara - 05/06/2014

El fotógrafo inglés Graham MacIndoe documentó durante cuatro años su costosa adicción a la heroína y a la cocaína en crack; el testimonio de una verdadera temporada en el infierno.

 

Graham MacIndoe es un exitoso fotógrafo que trabaja sobre todo para The Guardian, y otros medios. Hacer imágenes es su forma de entender el mundo, y esa forma implica muchas veces volverse imagen uno mismo; una que probablemente no estemos listos para afrontar cuando nos encontramos en lo más bajo de nuestro yo. Coming clean ("limpiándose" o "desintoxicándose") es una serie donde MacIndoe documentó su destructivo paso por la adicción a la heroína.

¿Cuándo es posible que el adicto sepa que efectivamente tiene un problema? Para el fotógrafo, "cuando usas [drogas] en la noche, lo llamas fiestear, lo llamas como quieras para tratar de vivir el estilo de vida, pero cuando empiezas a usarlas en la mañana para poder hacer tu día, para llegar a la noche, para seguir andando, entonces tienes un problema. Luego se vuelve parte de la vida. Ya no se trata de ir de fiesta; lo necesitas para existir. Ahí es cuando me di cuenta."

Sin renunciar a su hábito, MacIndoe comenzó a poner cámaras digitales muy baratas en distintos lugares de su apartamento. Las imágenes le permitieron literalmente verse a sí mismo en los diferentes rituales que conforman la adicción: fumar crack, cocinar heroína, preparar los pinchazos. 

Retratos como estos de adictos al krokodil suelen ser muy criticados: ¿se pretende "exhibir" al adicto para moralizar a la sociedad o se trata, como en el caso de MacIndoe, de un ejercicio de conciencia y lucidez, acaso el último, que finalmente pueda proporcionar la mirada que guía al adicto-fotógrafo al fondo de su propio abismo, permitiéndole salir? 

Con el tiempo, el fotógrafo predominó sobre el adicto, primero ganando conciencia de los factores técnicos de su trabajo (por ejemplo, buscando composiciones, iluminaciones y ángulos menos azarosos), y posteriormente sirviendo como documento de un proceso de desintoxicación. El fotógrafo ha compartido el material luego de cuatro años de haber dejado la cocaína y la heroína, pero afirma que existen imágenes que incluso hoy se siente incapaz de mirar; imágenes insoportables, donde el yo es incapaz de reconocerse a sí mismo. "La materia de las pesadillas" sería un título apropiado si en vez de la documentación de una victoria, estas fotografías fueran el testimonio de un derrumbe.