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En la presentación de su libro Diez razones para ser científico, el mexicano Ruy Pérez Tamayo advierte que no hay espacios para que los científicos laboren en este país

ruyLa ciencia es un motor del conocimiento, la cultura, la economía e, incluso, de la espiritualidad y mística. El desarrollo tecnológico crea empleos y abre espacios para el emprendedurismo, pero hay países en donde la clase política pareciera no valorar esas bondades. México es uno de ellos: mientras en Suecia se destina 3.8% del PIB a la ciencia, en México raya apenas en el 0.4%.

Además de la raquítica inversión en ciencia desde el gobierno, no hay espacios para que los pocos científicos que existen puedan trabajar. Es muy poco el relevo generacional, pues no se han abierto nuevas plazas para los investigadores. En la reciente presentación de su libro Diez razones para ser científico en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU 2014) de la UNAM, el científico Ruy Pérez Tamayo advirtió que no hay espacios para que los científicos trabajen.

Puntualizó también que, mientras en Japón tienen un promedio de 70  científicos por cada 10 mil habitantes, en México sólo hay cinco por cada 10 mil personas económicamente activas.

Según información de La Jornada, Pérez Tamayo afirma:

Y el problema no es sólo que haya poca difusión y poca oferta de trabajo, sino que no hay dónde trabajar. La mitad de los alumnos que he tenido laboran en el extranjero, porque se fueron a hacer estudios de posgrado, regresaron a México y no hay dónde trabajar. No se abren nuevas plazas, no se crean nuevas instituciones.

El científico también cuestionó a una sociedad que valora lo que se tiene y no lo que se sabe o lo que se busca saber. En este escenario materialista la ciencia está lejos de los intereses de los mexicanos, que buscan profesiones con una redituabilidad segura.

Para Pérez Tamayo, urge un cambio de paradigma que permeé a la sociedad y al  gobierno. Aun con las carencias coyunturales, hay mexicanos que han estado innovando, pero es necesario crecer el gusto por la ciencia; seguramente, hay muchas más de 10 razones para ser científico, aun en un país como México.