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Con 111 años de edad y una historia impactante, Imich es, desde la semana pasada, el hombre más viejo del mundo.

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La semana pasada, el parapsicólogo Alexander Imich se convirtió en el hombre más viejo de la Tierra (después de que muriera el dueño del título, Arturo Licata). La vida de Imich, tomando en cuenta que acabó por enfocarse en la parapsicología, parece una historia de realismo mágico. Nacido en Polonia hace 111 años (por demás un número alegórico), Imich luchó contra los bolcheviques en 1918 como un niño de 15 años, obtuvo un doctorado en zoología antes de dedicarse a la química, estudió médiums como investigador físico y en las décadas de los veintes y treintas fue detenido en un campo de concentración soviético durante la Segunda Guerra Mundial después de huir de los nazis. En 1952, cuando lo libraron (y se enteró que la mayoría de su familia había muerto) se mudó a Estados Unidos.

Imich ha escrito bastantes artículos en temas de parapsicología y también editó el libro Incredible Tales of the Paranormal, publicado en 1995, cuando aún era un joven de 92 años. El libro, cabe mencionar, promete ser un gran portal hacia los acontecimientos más raros del mundo.

Lamentablemente, este hombre ha estado sufriendo de salud en los últimos años, y también de problemas financieros. Actualmente vive solo en Nueva York, pero gracias a los reportajes sobre su historia y edad, se ha amistado con la comunidad judía local que ha hecho un gran esfuerzo por ayudarlo a sostenerse (física y figurativamente). Propbablemente sea solo una feliz casualidad que el hombre más viejo de la Tierra se dedique a comunicarse con los muertos, pero queda la atractiva pregunta de si hay algún vínculo entre la longevidad y lo paranormal.