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Un melancólico museo submarino en las profundidades del caribe (FOTOS)

Por: Jimena O. - 04/10/2014

La exploración estética es casi una necesidad. El arte añade un toque creativo al contexto: la mezcla de la imaginación humana con un llamado para integrar algo de nuestra naturaleza sensible al entorno es casi inevitable. La intervención de los espacios es una costumbre casi orgánica del ser humano, primero para habitarlos, luego para seguir el impulso que nos lleva a reinterpretar los sitios materializando las ideas estéticas.

El  mar es un sitio casi inexplorado por la invención estética, por ello el artista británico Jason deCaires Taylor concretó dos proyectos de intervención artística en el océano. El primero fue en Granada en el 2006 y el más reciente en el caribe mexicano, en el parque Nacional Costa Occidental de la Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuk.

El melancólico museo submarino de las profundidades del caribe mexicano alberga decenas de esculturas que recrean la vida humana, las sensaciones liberadoras del hombre, la forma en que convivimos como cultura, el individualismo y el espectáculo en una sala televisiva, todas fueron esculpidas con materiales que fomentan el crecimiento natural de los arrecifes, y forjadas con orificios incrustados donde viven crustáceos, peces y algas. Son 450 esculturas en tamaño real que dibujan de la obra "Evolución Silenciosa".

El buceo y el esnórquel son grandes atractivos turísticos, pero este museo magnetiza aún más la experiencia de adentrarte en las profundidades marinas. Descubrir los submundos geológicos transforma la manera de percibirnos, nos recuerda la pequeñez de la individualidad y la grandeza del todo. La exploración estética como necesidad creativa, pero también apreciativa, es una exquisita experiencia que se conjuga este onírico rincón, enmarcado por las cristalinas aguas caribeñas que acentúa la vitalidad de las figuras.