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La obsesión por coleccionar los álbumes Panini del Mundial de Futbol

Por: Jimena O. - 04/14/2014

Los álbumes Panini son una tradición internacional que llega con cada Mundial de Futbol. Pero para este hombre son también una forma de comprender la obsesión de una manera deleuziana, a través de la falta.

Panini stickers

La obsesión es una actividad solitaria: el obsesivo siempre estará en falta, y si el obsesivo resulta ser un devoto coleccionista, su obsesión se enroscará como una serpiente en torno a la tarjeta faltante. Pero en el caso de John Crace no se trata de una tragedia, sino de una vocación estacional: la de llenar los álbumes de estampas que Panini publica durante cada Mundial de Futbol desde 1970.

"Es un momento simbólico", afirma Crace, "Incluso un ritual." Desde comprar el álbum y los primeros paquetes de estampas hasta ese momento en que comienzan a aparecer infaltablemente las repetidas, y los vínculos con otros coleccionistas, como cada cuatro años, se renuevan.  Este año incluso cuenta con una app.

Tal vez ni siquiera se trate de una obsesión derivada o aledaña al gusto por el futbol soccer: en el caso de John, se trata de una costumbre y una tradición que ha tratado de heredar (sin éxito) a su hijo. "Esa es la naturaleza de las obsesiones", dice. "Aquellos que no las sufren las encuentran exageradas; infantiles, incluso", pero para aquellos que las sufren o las gozan "nos consumen por entero".

Un álbum Panini del Mundial de Futbol incluye los 24 equipos participantes, con 19 espacios para cada equipo (17 retratos de jugadores, una foto grupal y el escudo del país), además de muchas otras páginas con logos de la FIFA, del trofeo y de los estadios donde se disputan los partidos. Sin embargo, desde 1970 Panini ha ampliado su forma de hacer negocios: aquel álbum constaba de 250 stickers, mientras que el de Brasil 2014 consta de 639.

En un artículo para The Guardian, John reconoce también la naturaleza trivial de esta forma de coleccionismo. "Entre Mundiales, raramente pienso en mi colección", que es una de las más grandes del mundo. En lo que sí piensa —y esta es la parte en que podemos entender algo sobre cómo funcionan las obsesiones de todo tipo— es en los stickers que le faltan: 

"Puedes clavarte durante días —incluso semanas— en un sticker en particular, abriendo paquete tras paquete [de tarjetas] con la esperanza de que aparezca. Luego un día aparece y, después de una sensación momentánea de euforia, sigue la monotonía". El coleccionista coloca la tarjeta en su lugar correspondiente "y luego otro sticker no encontrado se vuelve el objeto del deseo." De tal modo que "lo que veo cuando miro mis álbumes no son las estampas, sino los huecos. Las fallas".

Panini, aunque sin duda es de lo más entrañable, es parte de todo una parafernalia que hace que el Mundia de Futbol genere una enorme expectativa y que se gasten millones de dólares en publicidad, promociones y programas de TV que explotan los nacionalismos y las esperanzas de los fanáticos.