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La maestría de este arquitecto se combina con un ejemplar compromiso social y medioambiental.

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Por segundo año consecutivo, el Premio Pritzker de Arquitectura se otorga a un japonés. Shigeru Ban ha sido distinguido con este reconocimiento luego de que al año pasado su compatriota Toyo Ito lo recibiese. Desde Niemayer y Ghery, hasta Foster, Piano, Koolhaas o Zaha Hadid, una buena porción de los mejores arquitectos del siglo XX (y XXI) han sido reconocidos con el Pritzker. 

Shigeru Ban se consagró en la escena arquitectónica gracias a su magistral e innovador uso del papel y el cartón. Esta técnica la empleó por primera vez en 1995 para construir viviendas temporales a los damnificados del terremoto de ese año en Kobe. Desde entonces ha visitado diversos sitios azotados por desastres para crear refugios de bajo costo y material reciclado.

En cuanto a sus proyectos de mayor renombre se incluyen el Centro Pompidou Metz, sucursal del famoso museo de arte contemporáneo ubicado en París, y la Catedral de Cartón en Nueva Zelanda, levantada luego de que la original se derrumbara durante el terremoto de 2011.

Es de aplaudir el reconocimiento a Ban pues, más allá del 'rockstarismo' que caracteriza a los más famosos exponentes de este arte en la actualidad, la labor de Ban, además de poseer una notable estética y funcionalidad, manifiesta un tajante compromiso con la sociedad y con el medioambiente. Al respecto, el director del jurado del llamado 'premio Nobel de arquitectura', Peter Palumbo, declaró:

Shigeru Ban es una fuerza de la naturaleza, completamente apropiada a la luz de su labor voluntaria a favor de los desposeídos en zonas devastadas por desastres naturales, pero también cumple con todos los requisitos para calificar al Pantheon Arquitectónico: un profundo conocimiento de su materia, con énfasis en materiales y tecnología de vanguardia, curiosidad, compromiso, innovación, un ojo infalible, una sensibilidad afinada, por mencionar sólo algunas de sus virtudes.  

En resumen, Shigeru Ban nos comparte una obra, literalmente, admirable, pero también un ejemplar espíritu empático y proactivo, del cual todos podríamos aprender algo –incluidos los grandes arquitectos. 

POMPIDOU METZ