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Plural y Vuelta: la contribución de Octavio Paz al debate público

Por: Luis Alberto Hara - 03/31/2014

La labor de Octavio Paz como editor de revistas tiene en Plural y Vuelta los mejores ejemplos del diálogo y el debate como medios para entender la realidad.

Octavio-Paz.jpg.scaled500Actualmente en México estamos más o menos habituados a que exista un panorama de publicaciones que hacen posible el debate intelectual, la exposición de ideas e hipótesis que nos permitan entender mejor lo que sucede en nuestro país, en varios ámbitos, aunque quizá por cierta preferencia por los sucesos políticos y culturales, arenas que en buena medida son definitivas para nuestro rumbo colectivo.

Esto, sin embargo, podría tener un aspecto muy distinto de no contar en nuestra historia con Plural y Vuelta, dos revistas fundadas por Octavio Paz que, en épocas distintas, contribuyeron notablemente a fincar el diálogo como una de las mejores vías para descifrar y comprender la realidad contemporánea.

Plural nació en 1971 gracias al apoyo del periódico Excélsior, entonces dirigido por Julio Scherer. En este contexto, la revista fue una arriesgada toma de posición intelectual ante un régimen que solo en el discurso se decía democrático (artífice del “halconazo" del 10 de junio de 1971, por ejemplo) y, por otro lado, una situación internacional y regional caracterizada por la polarización entre ideologías capitalistas y socialistas. Paz, que en cierta forma siempre se quiso mantener libre y objetivo, alejado del dogma y el compromiso ciego, dirigió entonces una publicación que daba cabida a voces que con estas mismas cualidades cambiaban el ímpetu y la fiebre por el deseo de clarificar y entender.

La aventura de Plural duró hasta 1976, año en que el diario sufrió un “golpe” por parte del gobierno encabezado por Luis Echeverría. Scherer renunció a la dirección de Excélsior y con él el equipo editorial de la revista, la cual continuó publicándose con el mismo nombre pero con otra nómina de colaboradores y, por supuesto, sin Octavio Paz como su cabeza.

En ese mismo año, sin embargo, el poeta fundó Vuelta, una publicación parecida a Plural pero esta vez con una mayor autonomía en financiamiento, con lo cual se pretendía ganar también en libertad para la propia revista. Desde 1976 y hasta la muerte de Paz, en 1998, Vuelta ofreció a los lectores de México una polifonía intelectual impresionante por su altísima calidad, lo mismo en el análisis político (nacional e internacional) que en la crítica literaria y de arte, en poesía y en ensayo, en traducciones y, en suma, en todas esas manifestaciones de la intelligentsia que emprenden la difícil labor de fijar el presente para ensayar una explicación.

Si se revisan los índices de Vuelta se encontrará una nómina deslumbrante de colaboradores: Joseph Brodsky, Milan Kundera, Cornelius Castoriadis, Ida Vitale, Mario Vargas Llosa, Susan Sontag, Cioran, Isaiah Berlin, John Kenneth Galbraith y muchos otros de igual talante, en algunos casos amigos personales de Paz y en otros autores de perspectivas disidentes que tenían cabida en la publicación justo para avivar el debate.

Sin duda, al momento de recordar a Paz, no debe olvidarse su papel como editor de revistas y, con este, su contribución al establecimiento de un espacio real, público, de confrontación de ideas.