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"Un año sin Dios", la bitácora de un pastor cristiano que decidió retirar a Dios de su vida por un año

Por: Jimena O. - 01/07/2014

Ryan Bell, pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, decidió desvincularse de la religión, la biblia y Dios por el transcurso de un año y publicar sus avances en un blog.

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Las resoluciones de año nuevo son enteramente válidas pero son un lugar común, y a la mayoría de nosotros no nos importan o interesan los planes que personas extrañas hayan proyectado para su 2014. Sin embargo, este plan tiene su atractivo: el pastor californiano Ryan Bell proclamó públicamente que “vivirá sin Dios” por el transcurso de un año.

Bell publicó una nota el Huffington Post explicando por qué, después de haber sido pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día por veinte años, decidió abstenerse de rezar, leer la Biblia, referirse a Dios como la causa de cosas o esperar que Dios intervenga y cambie sus circunstancias. De ahora en adelante, dice, hará “cualquier cosa que pueda para entrar al mundo del ateísmo y vivir, por un año, como un ateo":

Leeré “textos sagrados” ateístas: desde Hobbes, Spinoza, Russell y Nietzsche a la trinidad de Nuevos Ateístas, Hitchens, Dawkins y Dennet. Exploraré las varias maneras de ser un ateísta, desde el naturalismo (Voltaire, Dewey et al) a los nuevos “ateístas religiosos” (Alain de Botton y Ronald Dworkin). También intentaré hablar con tantos ateístas como me sea posible —académicos, escritores y no-creyentes ordinarios— para entender cómo han llegado a su no-fe y qué significa para ellos.

Su resolución nació a causa de una serie de desacuerdos con la iglesia, sobre todo en torno al trato de las mujeres y a la no aceptación e inclusión de homosexuales en la doctrina cristiana. Su crítica interna y su reticencia a pasar por alto este tipo de cosas le valió la enemistad con los administradores de la Iglesia, y se le pidió que presentara su renuncia.

Bell pudo haber tomado muchos caminos a partir de sus dudas irreconciliables con el dogma cristiano, pero decidió que, desde el primero de enero de este año, se embarcaría en el viaje del ateísmo, amparado por la “trinidad ateísta” (Hitchens/Dawkins/Dennet), y publicaría su progreso en un blog público llamado “Un año sin Dios”. Y mientras es inexacto pensar que el ateísmo es el opuesto del cristianismo, o un reflejo especular de la religión (ciertamente un error común entre los religiosos), y es inexacto tratar al ateísmo como una religión, su viaje será por lo menos bastante interesante. Ya Nietzsche decía que “estas personas serias, excelentes, rectas, profundamente sensibles que siguen siendo cristianas de corazón, se deben a sí mismos tratar por una vez el experimento de vivir por un periodo de tiempo sin cristiandad; de esta manera le deben a su fe pasar una temporada “en lo salvaje”; aunque sea para ganarse el derecho de voz en la cuestión de si la cristiandad es necesaria”.

Su resolución, hasta ahora, se ha tratado mucho de la pérdida. Desde que anunció sus planes se le ha pedido renunciar como profesor y consultor en distintas universidades cristianas, y las relaciones con su familia han sufrido grandes cambios. Pero también, de los más de 30 mil que han visitado su blog, muchos han escrito para decir que ellos también coquetean con la duda y se han unido a él en la búsqueda de la “verdad” sin institución cristiana. El viaje anticristiano de Bell se puede seguir directamente en su sitio, ya veremos cómo le va.