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De acuerdo a las ilustraciones de Nickolay Lamm, si pudieramos ver la red de señales celulares a nuestro alrededor sería como estar en un rave con luces estroboscópicas y psicodélicas que cambian todo el tiempo y no terminan nunca.

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Recientemente Nickolay Lamm realizó una serie de ilustraciones en las que colorea las miles de señales Wi-Fi en Washington D.C., que como arcoíris de datos, se extienden sobre el espacio público de la ciudad. Pero hay muchas más señales rebotando alrededor de nosotros todo el tiempo, y el mundo sería un lugar muy distinto si pudiéramos verlas. Ahora, Lamm regresó para iluminar las señales telefónicas que nos envuelven.

A primera vista, la visualización parece una suerte de panal de abejas psicodélico e indescifrable, pero está basada en datos científicos. El consultor de este proyecto fue Danilo Erricolo, un profesor de ingeniería eléctrica y computacional de la Universidad de Chicago, y explica:

Los sitios de una estación base de una red celular hexagonal son conceptualizados para Chicago [arriba], con estaciones en las esquinas de los hexágonos. El área dentro de cada patrón de radiación de antenas tiene diferentes usuarios que están siendo asignados distintas frecuencias y sus señales se combinan para formar un sólo color percibido en ese instante. De sector a sector, las distintas combinaciones de canal están indicadas por diferentes colores. Las combinaciones de canal que se muestran no son estáticas, sino que cambian rápidamente en el tiempo mientras se les asignan distintos canales a distintos usuarios. Pero, si fueras a tomar una fotografía de estos cambios rápidos, lo más seguro es que verías un vasto arreglo de colores como se ve en la ilustración.

 

La siguiente imagen es Nueva York, con sus cientos de transmisores en los techos:

New York City Manhattan midtown

 

 Hollywood, con una torre monolítica de larga distancia:

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Y la estación base del Edificio Herbert C. Hoover en Washington D.C.:

Washington Monument and downtown washington dc

 

Por fortuna no podemos ver todas estas señales cegadoras, que probablemente nos volverían un poco locos. Sin embargo es importante saber que estamos rodeados, y lo estaremos cada vez más, de redes de información que pulsan alrededor nuestro con estrambóticos colores invisibles a nuestros ojos, y que el hecho de que no los podamos ver no significa que no afecten nuestra salud y nuestro mundo.