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El uso de alucinógenos ha sido ligado a la persistencia de sensaciones extremas posteriores a la ingesta, pero no ocurre en todos los casos...

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La leyenda urbana dice que, luego de tomar LSD, cuando menos lo esperes, podría sobrevenir un flashback --un estado alterado de conciencia similar al experimentado bajo los efectos del ácido lisérgico, los cuales pueden presentarse en el momento menos esperado y durar días, semanas, o años. ¿Pero qué hay de verdad en esta leyenda urbana?

Desde 1986, la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos incluye en su manual de trastornos mentales el "Trastorno de Percepción Persistente por Alucinógenos" (TPPA) en su índice. El TPPA consiste en que el sujeto experimente fenómenos visuales similares a los de un viaje de ácido tiempo después de haberlo tomado (no importa que los hayas ingerido sólo en una ocasión), además de que se hayan descartado otras fuentes de alteración visual y perceptual. Para algunos especialistas, se trata menos de una "regresión" o "flashback" que de una perturbación continua de la visión.

Sin embargo, estudiar este tipo de recurrencias visuales ha sido difícil para los especialistas, quienes en ocasiones se encuentran tratando de colocar las experiencias subjetivas de los pacientes dentro de algún rubro preestablecido de investigación; en otras palabras, la gama de experiencias desencadenadas por el LSD es difícil de resumir en unas pocas categorías de estudio. Como afirma el psiquiatra John Halpern, "a menudo es difícil de saber si los síntomas ocurrieron exclusivamente después de la intoxicación por alucinógenos, así como también es difícil descartar otros padecimientos médicos o psiquiátricos que estén provocando 'flashbacks'."

Estos otros "padecimientos", a decir de Halpern, incluyen "la intoxicación recurrente con otras drogas, padecimientos neurológicos, trastornos psicóticos o afectivos, 'hacerse el enfermo', hipocondría, o incluso otros trastornos de ansiedad como el estrés postraumático."

Teri Krebs, neurólogo de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega, afirmó en una entrevista que la atención que la gente presta a sus propias sensaciones también puede volverse un estado patológico, aunque no hayan ingerido ningún tipo de sustancia alucinógena: "No es extraño que la gente se ponga ansiosa acerca de sensaciones normales o sentimientos corporales... Preocupaciones de que algo anda mal llevan a incremetnar la atención en los 'síntomas', estableciendo un loop de retroalimentación que incrementa la ansiedad."

"En el caso de reportes de TPPA", afirma Krebs, "en la literatura médica o en foros de Internet, el mayor problema típicamente no son los síntomas mismos, sino el miedo de que indiquen 'daño cerebral provocado por las drogas.'" 

En la literatura médica resalta el caso de una mujer alemana que ingirió 30 dosis de LSD durante un año, a los 18. La mujer comenzó a experimentar "regresiones" similares al viaje de LSD dos semanas después de su última toma, lo que persistió durante 13 años. Pero a pesar de que el TPPA ha sido tratado con el uso de benzodiazepinas (como el Valium), Krebs cree que sólo uno de cada 20 usuarios extemos de LSD sufren flashbacks. El uso de la cannabis parece empeorar la sensación, pero hace falta mucha investigación al respecto.