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De acuerdo con investigadores norteamericanos, consumir cocaína puede cambiar la estructura del cerebro en cuestión de horas en lo que podría ser el primer paso para generar una adicción.

fig_081El diario Nature Neuroscience publicó un estudio de experimentación con animales que muestra cómo nuevas estructuras vinculadas al aprendizaje y la memoria comenzaron a crecer poco después de que unos ratones consumieran cocaína.

Al parecer el lugar o el ambiente en el que se consumen drogas juega un papel importante en la adicción. En los experimentos se les permitió a unos ratones explorar libremente dos cuartos muy diferentes; cada uno con un olor y una textura distintos. Una vez que eligieron un cuarto favorito, se les inyectó cocaína en el otro cuarto. Se utilizó un tipo de microscopía laser para mirar dentro de los cerebros de los ratones y buscar espinas dendríticas (dedicadas a la recepción de estímulos y a la producción de memoria). Los ratones rápidamente generaron una predilección por el nuevo cuarto, junto con un deseo de consumir más cocaína allí.

La poducción de espinas dentríticas al consumir cocaína sugiere que el consumo de la droga genera una vasta producción de recuerdos y asociaciones. Así, las pistas contextuales asociadas con exposición previa a las drogas puede detonar la búsqueda y el deseo de más droga. La preferencia de espacios para consumir cocaína tienen que ver con haberlo hecho ahí antes. Es decir, la producción de espinas dendríticas genera asociaciones espacio-sustancia.

Este estudio ofrece un entendimiento sólido de cómo ocurren los primeros pasos de la adicción; muestra cómo la adicción es aprendida y memorizada por el cerebro en relación al espacio de consumo.

 

[BBC]