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¿El verano nos vuelve perezosos? Cómo afecta el clima la productividad y la percepción de felicidad

Por: Jimena O. - 07/25/2013

La temperatura y la estación pueden afectar nuestra capacidad crítica y nuestra productividad.

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Los cambios climáticos y estacionales afectan sin duda alguna nuestras dinámicas sociales y nuestros hábitos de pensamiento; pero tal vez la incidencia climática sea más determinante que un simple cambio en la dirección del viento.

En el 2012 un grupo de investigadores de Harvad y la Universidad de Carolina del Norte condujeron un estudio sobre trabajadores de banco en Japón; hallaron que el mal clima, curiosamente, volvía a los trabajadores más productivos, midiendo el tiempo que les tomaba realizar cierta tarea repetitiva durante un día lluvioso y un día soleado. El estudio encontró que en días de buen clima la productividad laboral caía estrepitosamente.

Para tratar de comprender por qué ocurría esto implementaron otro experimento, esta vez sobre estudiantes de Harvard. De manera aleatoria  y antes de comenzar su día de trabajo eran seleccionados para dos actividades: a algunos se les mostraban seis fotografías de actividades al aire libre, como un picnic o andar en bicicleta, y a otros se les pedía que describieran sus propias rutinas diarias.

Los investigadores encontraron que los participantes fueron menos productivos cuando observaban las fotografías; la conclusión que extrajeron de ello fue que los estudiantes que miraban las imágenes de actividades al aire libre tenían mayor dificultad de concentrarse en su trabajo, y se desviaban a pensar lo que les gustaría estar haciendo afuera.

Un estudio similar encontró que la humedad durante el verano de hecho puede reducir nuestra capacidad de concentrarnos y la disponibilidad de energía que tenemos. La percepción de cansancio y sueño también aumentó en los participantes, e incluso las altas temperaturas parecen responsables de reducir nuestra habilidad para pensar críticamente: a mayor temperatura, menor la respuesta de los participantes para cuestionar la lógica de una argumentación.

Sin embargo, la temporada veraniega (al menos en el hemisferio norte) es también donde la gente tiene una mayor percepción de felicidad. Se suelen asociar los días cortos y fríos con actividades al interior de la casa, con el retraimiento, la concentración y el trabajo, mientras que los días largos y cálidos del verano pueden darnos la sensación de que la vida es más sencilla de lo que creemos. ¿Cómo les afecta el clima, si les afecta del todo, a la percepción de felicidad? No dejen de hacérnoslo saber en los comentarios.

[New Yorker]