Como hemos abordado en varias ocasiones, la preferencia sexual no tiene por qué ser un elemento de discriminación o de trato desigual, mucho menos en las instituciones del Estado que, desde la perspectiva jurídica y en países democráticos, liberales, están obligadas a prestar sus servicios a los ciudadanos sin que en ello interfieran circunstancias como esta u otras.
Recientemente, en México, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) inició finalmente el registro de matrimonios entre personas del mismo sexo para que ambos gocen de los beneficios y obligaciones que concede la ley, esto luego de obedecer una recomendación que el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) emitió en 2011.
Según dicho Consejo, el ISSSTE incurría en un acto discriminatorio al obstruir el registro de cónyuges del mismo sexo de los afiliados, esto a pesar de que las uniones civiles entre personas homosexuales ya se encuentran legalizadas en varias entidades de México.
Sin duda esta nueva medida del ISSSTE contribuye a fomentar un marco de equidad para una realidad que, visto objetivamente, no tendría por qué ser discriminatoria.
[emeequis]