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Una de las vertientes imaginativas más estimulantes a propósito del viaje en el tiempo es la posibilidad de atestiguar los grandes hechos históricos, esos “momentos estelares de la humanidad” (por utilizar la expresión de Stefan Zweig) protagonizados por personajes emblemáticos. ¿Quién no quisiera, por ejemplo, ver a Napoléon contemplando las Pirámides de Egipto? ¿A Rosa Parks negándose a cederle el asiento a un pasajero blanco en el autobús? ¿A Mozart o a Beethoven estrenando uno de sus conciertos para piano?

En un ejercicio un tanto más ligero pero no menos elocuente, la fotógrafa Flóra Borsi se ha servido de herramientas digitales para manipular imágenes emblemáticas y fingir que, efectivamente, es posible viajar en el tiempo y, digamos, sorprender a Marilyn Monroe durante el rodaje de una película, o tomar una fotografía de Elvis Presley desde la primera fila de uno de sus conciertos.

El resultado es un tanto cómico, pues en una muestra de ingenio, Borsi recurrió a la discrepancia cronológica para hacer ver que todo esto es un juego. ¿De qué manera? Colocándose en estas escenas del pasado pero, en uno de los gestos más característicos de nuestra época, tomando registro del suceso llevando en la mano levantada una cámara digital o utilizando su smartphone, en ambos casos objetos que rompen con el equilibrio del momento de una manera imprevista, aunque al mismo tiempo familiar.

¿Quién, de encontrarse frente a Warhol, no quisiera llevar consigo una constancia del momento?

[Faith is Torment]