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Las primeras experiencias fumando DMT de una especie marina

Por: Jimena O. - 04/02/2013

DMT proveniente de espongas marinas como la Smenospongia aurea parece generar un efecto psicodélico.

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La familia de las triptaminas es sin duda la más abundante en la naturaleza en lo que se refiere a drogas psicodélicas. Se sabe que el DMT  es secretado en el cerebro humano, posiblemente en la glándula pineal, y en miles de plantas y en numerosos animales --incluyendo el poderoso sapo Bufo alvarius. El uso de esta molécula de manera recreacional parece estar cada vez más difundido, especialmente a través del reciente boom medicinal y terapéutico que goza el brebaje amazónico de la ayahuasca, cuyo principio psicoactivo es el DMT. Pero hasta la fecha no se tenían reportes del uso de DMT originado en una especie marina.

Hamilton Morris, el popular catador y experto en sustancias psicodélicas de la revista Vice, recientemente publicó un fascinante artículo en el que describe la historia del alcaloide 5-Br-DMT, que se encuentra en las especies de esponja marina Smenospongia aurea y S. echina. Morris recibió un documento que describe las que parecen ser las primeras experiencias ingiriendo DMT marino, realizadas por un químico que se hace llamar Dr. Osculum. Según Osculum, aunque la potencia de la molécula, sintetizada químicamente, no es tanta, si produce un efecto distintivamente psicodélico: "cielos y rompecabezas fractales de carámbanos".

El eminente farmacólogo Alexander Shulgin había detectado la existencia de estas triptaminas desde 1997 e investigadores de la Universidad de Mississippi probaron este alcaloide en ratas de laboratorio, las cuales reflejaron una reducción de su actividad motriz, sugiriendo que podía tener acción sedante --algo que ha sido observado en el 5-MeO-DMT, una de las moléculas más potentes (apodada "la molécula de Dios"). A diferencia del 5-Br-DMT, el alcaloide 5,6-Di-Br-DMT sí exhibió propiedades antidepresivas (el DMT es una molécula similar a la serotonina).

La esponga S. aurea se extiende desde el Golfo de México hasta las Bahamas y el Caribe y exhibe rutilantes transformaciones de color, como si fueran precursores de los colores fractales psicodélicos que suelen suscitar los viajes de DMT. Sin embargo, es posible que en realidad no sea esta esponja marina la responsable de producir el DMT, sino que es a a través de una biosíntesis con una bacteria que se generaría el 5-Br-DMT. Esto se sustenta en que la misma molécula está presente en la alga Bryopsis. Teóricamente se podrían obtener grandes cantidades de DMT en el caso de que este simbionte fuera cultivable.