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Actualmente en México hay menos montajes operísticos que en la década de los ochentas; sin embargo, parece que el futuro de esta disciplina podría ser alentador.

Ramon-Vargas foto de guardian.co.uk

En México las funciones de ópera comenzaron en la época colonial, después de que en siglo XVII esta se consolidara como un género teatral. Concluida la independencia, la ópera italiana dominaba la escena nacional. Fue hasta mediados del siglo XIX que nacieron tenores mexicanos como Luis Baca. A partir de este fenómeno el gusto por la ópera comenzó a consolidarse entre el público nacional.

Después de la Revolución Mexicana fue creada la empresa Opera S.A. Posteriormente, en 1943, se fundó la asociación civil Ópera Nacional. En 1948 apareció la Compañía Ópera de Bellas Artes, la cual continúa encabezando la operación de este arte en el país.

Desde los años ochenta en México la cantidad de montajes ha decaído por lo menos una cuarta parte. A inicios del 2013 el periodista y crítico musical José Noé Mercado publicó el libro, Luneta 2, como parte de la Colección Cuadernos de El Financiero, un texto de carácter revelador sobre la situación de la ópera en el país. En palabras de Mercado “este ejemplar representa (…) la documentación de las fortalezas líricas del país, sin eludir las debilidades, los vicios y las insuficiencias del sistema que lo produce y que en los últimos años han terminado por hacer de la ópera oficial en México un cadáver que camina y que, vía impuestos, todos financiamos.”

José Noé Mercado evidencia entre otras cosas la falta de una estructura operativa y de producción de ópera en México. Un problema de carácter organizativo más que económico o técnico. Existe además una falta de planeación en los estados.

Ante este escenario la Ópera de Bellas Artes anunció este 23 de abril la creación de una Dirección Artística a cargo del prestigiado tenor mexicano Ramón Vargas. Entre las iniciativas están la creación del Estudio de Ópera de Bellas Artes para el desarrollo de nuevos talentos y el emprendimiento de una estrecha relación con los proyectos de ópera de los estados. El equipo estratégico estará integrado también por personajes relevantes en el ámbito como el tenor Octavio Arévalo, Jaime Ruiz Lobera quien es el actual coordinador Nacional de Música y Ópera del INBA, y Octavio Sosa que ha más de 25 años en la Ópera de Bellas Artes.

Probablemente gracias al involucramiento de artistas de la ópera, esta disciplina fortalezca su organización, y con ello su calidad, elevando así el nivel de producciones en nuestro país. La coordinación con los estados será crucial. Actualmente México cuenta con cantantes de ópera reconocidos mundialmente como: Ramón Vargas, Rolando Villazón, Javier Camarena, David Lomelí y María Alejandres.

Twitter del autor: @anapauladelatd