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Neurobiólogos de Yale identifican un gen que en el cerebro de las ratas sintetiza las moléculas necesarias para que suceda la transición entre la juventud y la adultez; suprimirlo provoca un reseteo en la edad cerebral, devolviendo este órgano la plasticidad de la adolescencia.

neuronaEl envejecimiento cerebral es uno de los procesos vitales que mayores efectos provocan en la salud humana, por la obvia importancia que este órgano tiene para el funcionamiento adecuado de nuestro cuerpo y aun nuestro equilibrio mental.

De ahí también que saber cómo y por qué envejece el cerebro y, derivado de esto, si hay una forma de frenar dicho declive, sea un motivo de investigación importante dentro de la neurociencia contemporánea.

Recientemente investigadores de la Escuela de Medicina de Yale identificaron un gen que en el cerebro de ratas es el causante de la pérdida de plasticidad en los cerebros adultos. Como se sabe, la plasticidad es esa capacidad para aprender cosas nuevas, para crear nuevas conexiones sinápticas y también para recuperarse con mayor facilidad y prontitud de lesiones cerebrales.

De acuerdo con este estudio, la actividad del Receptor Nogo 1 suprime la plasticidad de un cerebro adulto, por lo cual retirarlo de la escritura genética redundó en que al llegar a esta edad, las ratas con las que se experimentó conservaron los niveles de plasticidad de su juventud.

Pero todavía más sorprendente es que incluso en el caso de ejemplares adultos, bloquear el funcionamiento de este ge “reseteó” su cerebro, devolviéndole la plasticidad de la edad adolescente.

De acuerdo con Stephen Strittmatter, uno de los involucrados en la investigación, la función de este gen es sintetizar “las moléculas que el cerebro necesita para la transición de la adolescencia a la adultez”; por su parte Vincent Coates, responsable de la misma agrego que esto “sugiere que podemos retrasar el reloj de un cerebro adulto y recuperarlo de un trauma de la misma manera en que los niños se recuperan”.

El hallazgo presenta un panorama optimista para quienes han sufrido algún tipo de lesión cerebral, que en la mayoría de los casos provoca que una persona tenga que reaprender nuevamente operaciones que, como el movimiento de la mano, se creerían elementales. Si los resultados de esta investigación pueden extenderse al ser humano, esta regeneración sería notablemente más rápida.

“Sabemos mucho sobre el desarrollo temprano del cerebro, pero sorprendentemente poco de lo que sucede con este en la adolescencia tardía”, dijo Strittmatter.

[Yale]