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Para reflexionar sobre el tabú asociado con la menstruación, Emma Arvida Bystrom realizó esta serie fotográfica

Históricamente, muchas de las cosas que suceden de la cintura hacia abajo son objeto de vergüenza y de disimulo, de tabú, de hecho que ocurre pero se niega o se ignora, del que se habla pero solo a través del sentido figurado y la metáfora cuidadosamente elaborada, a veces también por medio de la socarronería y la broma.

Tal es el caso, entre varios otros, de la menstruación, ese fenómeno del cuerpo que culturalmente se ha considerado una especie de “cuota” evolutiva que las mujeres tienen que pagar por tener la capacidad de concebir. En este sentido, se trata de algo en torno a lo cual se asocian ideas y valores con cierta carga negativa, de algo que tiene que ocultarse y, cuando esto no es posible, algo sobre lo cual hay que avergonzarse, especialmente cuando se tiene la desgracia de que esta ocurra en público.

Para cuestionar este tabú, la fotógrafa Emma Arvida Bystrom realizó la serie There Will Be Blood, una frase que también fue usada por Paul Thomas Anderson como título de una de sus película y la cual podría traducirse como “Correrá sangre”.

Los retratos de Bystrom son, hasta cierto punto, simples: mujeres en actividades cotidianas que destacan de inmediato por un hilo de sangre o una mancha franca que corre o se acumula en su zona genital. Las mujeres corren, revisan su teléfono portátil, se besan con su pareja, sin que la menstruación afecte estas actividades, anodinas en última instancia ―como también lo es la menstruación.