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La confrontación entre Occidente y Oriente ha conocido, a lo largo dela historia, expresiones muy diversas, desde la conocida historia del rapto de Europa por parte de Zeus (según algunos mitógrafos metáfora de una adversidad política entre Grecia y Asia Menor) hasta las Cruzadas o, como en la segunda mitad del siglo XX, la oposición entre capitalismo y comunismo y los países alineados en uno y otro bloque.

Como reminiscencia de esa última circunstancia se encuentra, en nuestra época, el gobierno de Corea del Norte, amparado aún en ese comunismo de Estado que, como en la URSS o la Alemania oriental, tiene como fundamento un amplio control del gobierno sobre sus ciudadanos, tanto que por medio de recursos como la propaganda, busca incluso influir en los pensamientos y las ideas de las personas, tornándolas, en la medida de lo posible, a favor de sus propios intereses.

Como muestra, este singular video publicado recientemente por el gobierno norcoreano en el que un hombre ―¿sinécdoque del país entero para el ideólogo que lo fraguó?― fantasea con la destrucción de Nueva York, “el nido del demonio que habitualmente ha provocado guerras de invasión”, según se lee en algún momento de la grabación.

La premisa narrativa es simple aunque elocuente: un norcoreano común y corriente narra un sueño recién tenido en el que se ve a bordo del Eunha 9, un cohete del cual se desprende la nave Kwangmyungsong 21 que él mismo pilotea, poniendo rumbo hacia Estados Unidos y concretamente hacia Nueva York, la cual verá entre ruinas y humos de destrucción aunque solo después de haber contemplado la silueta de la Tierra y, como en una fantasía premonitoria, ciudadanos del mundo reunidos bajo la bandera de la Unificación.

El video concluye con esta advertencia: “Estoy seguro de que mi sueño se hará realidad. Incluso el fin absoluto de los planes imperialistas. Ver a nuestro país de la Montaña Bakedu prosperar sólidamente en la reunificación, no prevendrá a nuestro pueblo de ir en pos de la victoria final”.

¿Por qué un sueño? ¿Por qué un cohete? ¿Por qué la vista del espacio exterior? ¿Por qué We Are The World?

Y es que ese, a fin de cuentas, es el propósito de toda propaganda, aquello en lo que se igualan los gobiernos y las empresas, comunistas y capitalistas por igual, la búsqueda esencial de todo aquel que tiene poder y teme perderlo: controlar tanto como se pueda, utilizando cualquier recurso que no ponga en riesgo su posición supuestamente dominante.

[Washington Post]