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La situación laboral es, por definición, desfavorable para los trabajadores. En el sistema en el cual vivimos, no puede ser de otro modo, toda vez que la ganancia del empleador es posible gracias a la inequidad irremediable que existe entre el tiempo y esfuerzo que una persona dedica a un trabajo y, por otro lado, el salario que se recibe a cambio, que es insuficiente por necesidad para que el sistema funcione.

Esta es la situación que impera en cualquier economía cuya fuente de riqueza sea el trabajo, sin importar que se trate de la discutible división entre países desarrollados y subdesarrollados. Apenas hace un par de días se dio a conocer, por ejemplo, que la filial de Amazon en Alemania mantiene a sus obreros inmigrantes bajo vigilancia y control de una compañía de seguridad de tendencias neonazis, una situación que se repite lo mismo en Brasil que en China o en Estados Unidos y que no son sino distintas formas que toma en la práctica uno de los conceptos fundamentales del capitalismo: la explotación.

Las fotografías que compartimos en esta ocasión pertenecen a un interesante ejercicio de Alejandro Cartagena, dominicano de nacimiento (1977) pero residente desde hace más de veinte años en el la ciudad mexicana de Monterrey, al norte del país y cercana a Estados Unidos.

Partiendo de un proyecto comisionado por un instituto de investigación sobre el uso de las calles en Monterrey, el fotógrafo redescubrió las camionetas en las que se transportan los trabajadores de la construcción, quienes por lo regular tienen su punto de trabajo a una hora o más de trayecto desde el lugar donde viven.

“No es raro ver estas camionetas, pero nunca las había visto desde esta perspectiva”, dice Cartagena, quien presenta tomas cuya elocuencia se debe en buena medida a esa vista inusitada, poco habitual. ¿Quién, en efecto se asombra al ver estas estas camionetas en la calle? ¿Quién no cuando se miran desde arriba y se revela, con algo oscilante entre la objetividad y la crudeza, las condiciones cotidianas de estos hombres?

Curiosamente, las imágenes han suscitado mayor interés de que Cartagena esperaba. “Para ser honesto pensé que sería solo otra cosa de América Latina”, dice. “Supongo que la gente respondió favorablemente porque hay muchas cosas representadas en estas fotografías. La gente piensa que son hombres cruzando ilegalmente la frontera o que son cadáveres en camionetas”.

Se trata, en suma, de una serie fotográfica en la que se condensan múltiples aristas de la realidad social, laboral, que además puede encontrar reflejo en otras latitudes y condiciones.

“Car Poolers” se exhibirá a partir del 23 de febrero y hasta el 6 de abril en la Kopeikin Gallery de Los Ángeles (2766 S. La Cienega Boulevard).

En este enlace, el sitio de Alejandro Cartagena.

[Slate]