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Segregación racial en "las mujeres más sexys del siglo XXI": asiáticas e indias a su categoría respectiva

Sociedad

Por: Jimena O. - 01/23/2013

La revista GQ genera polémica por elaborar una lista de "la mujeres más hot del siglo XXI" de la que excluyó a asiáticas, indias y otras expresiones étnica, relegándolas a sus categorías propias.

Cualquier selección que presente lo mejor, o lo peor, de determinado ámbito, casi siempre será polémico y discutible, subjetivos como son los criterios cualitativas con que se selecciona y se excluyen las mejores películas, la peores recetas de cocina, los mejores parques de diversiones o lo que sea que se quiera limitar a un top.

Sin embargo, en el caso de “las mujeres más sexys del siglo XX” a decir del número más reciente de la edición en Estados Unidos de GQ, la controversia se origina en otro aspecto, pues si bien ya algunos acusarían a la revista de cosificar a la mujer, de reducirla a nada más que su aspecto físico, a su voluptuosidad y sensualidad adaptadas a patrones específicos del deseo sexual, la lista incurre en otro equívoco que ha comenzado a considerarse anacrónico, inaceptable para nuestra época, que fue el de separar cuidadosamente a estas mujeres de acuerdo con su filiación étnica o racial y dejar claro cuando se trata de la mujer india, china o de Sri Lanka más ardiente.

Estas acotaciones, que no pueden pasar inadvertidas y por lo mismo tampoco pueden considerarse superfluas, ya han sido calificadas de racistas y ofensivas, sobre todo en foros de Internet anglófonos, donde al parecer es cada vez más claro que, como dice Yoonj Kim en Slate, “la segregación étnica y racial es la norma de la industria del entretenimiento”.

El modelo de mujer blanca, occidental, caucásica se ha colocado como el deseable, el aceptable en un mundo en que lo único que importa es la imagen —un mundo que, a estas alturas, se ha extendido lo suficiente como para superponerse en actividades más allá del modelaje, el cine, la televisión u otras donde la apariencia física es lo importante.

Lo curioso es que, como igualmente hace notar Kim, este tipo fenotípico no es ni siquiera el mayoritario en términos generales. Si se tomaran 10 personas al azar, de cualquier del mundo, las caucásicas difícilmente alcanzarían la mitad de ellas. Entonces, ¿por qué se sigue reverenciando de ese modo sus rasgos fenotípicos como si se trataran de los ideales para alguien de origen asiático o indoamericano?

Se trata, sin duda, de un buen motivo de reflexión en torno a lo que consideramos bello y deseable.

[Slate]