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El patrón del oro, bodas químicas y el viaje de cero distancia (el arte zen de encontrar oro)

Arte

Por: Jasun Horsley - 12/13/2012

La nueva colaboración de Jason Horsley (aka Aeolus Kephas) traza los paralelos entre la búsqueda de oro material y la búsqueda de oro espiritual, en un viaje que nos lleva desde la formación de este metal a través de la "cópula de estrellas" hasta el fondo de la tierra y la psique humana, en un proceso de transformación en el cual, como le ocurría a los alquimistas o a los héroes mitológicos, la búsqueda de un objeto material pasa a segundo término

(Imágenes Lucinda Horan)

Si eres sincero, tendrás tanto oro como quieras.

-Proverbio griego.

 

ORO EXTRATERRESTRE

Se observa sobre el oro, en un viejo epigrama, que tenerlo es temer, y quererlo es sufrir.

-Samuel Johnson

Habían tres cosas que buscaban los invasores que cruzaron el océano para descubrir América. Eran oro, evangelio y gloria. Hay cuatros cosas buscadas por las entidades que cruzaron los cielos para descubrir el planeta Tierra. Estas son oro, evangelio, gloria y gen.

―Toba Beta, My Ancestor Was an Ancient Astronaut

 

El  conocido símbolo astrológico (y ahora astronómico) del Sol es un círculo con un punto dentro. Esta misma imagen alguna vez fue el símbolo alquímico del oro, “el más perfecto de los metales. Para los alquimistas, representaba la perfección de toda la materia en cualquier nivel, incluyendo el de mente, espíritu y alma”. Así que no debería de ser sorpresa aprender que el oro (que es “dios + 1”) [1]en realidad viene de las estrellas.

"La fuente de alrededor de la mitad de los elementos más pesados del universo ha sido un misterio por mucho tiempo… La idea más popular ha sido, y podría seguir siéndolo, que se originan de las explosiones de las supernovas que culminan las vidas de masivas estrellas. Pero nuevos modelos no respaldan está idea”. Nuevos modelos sugieren que los metales pesados son producto de la colisión de las estrellas –no haciendo estrellas muertas sino “sexo interestelar” a través del cual el oro es creado. “En sólo una fracción de segundo después de la fusión de dos estrellas de neutrones, las fuerzas de marea  y de presión expulsan materia extremadamente caliente equivalente a varias veces la masa de Júpiter”. Esta materia similar al plasma luego se enfría ( a menos de 10 mil millones de grados), permitiendo que reacciones nucleares lleven a cabo la producción de elementos pesados. El oro y otros preciosos metales luego fueron transportados (o sembrados) a la Tierra vía meteoros[2]. “La mayoría de los metales preciosos en los que nuestras economías y muchos procesos industriales se basan han sido añadidos a nuestro planeta por afortunadas coincidencias cuando la Tierra fue impactada por cerca de 20 mil millones de millones de toneladas de meteoritos.

Antes de que llevemos la discusión de regreso a la Tierra, aquí hay algunos datos cósmicos más:

La vida en la Tierra hasta este momento tiene 3.5 mil millones de años. Sucede en un universo compuesto por unas 200 mil millones de galaxias, cada una de ellas formadas por varios miles de millones de estrellas y un número casi imposible de estimar de planetas. Este es el trasfondo de nuestra existencia. Siempre está ahí, lo incluyamos en nuestra filosofía persona de vida o no. Todos sabemos que estamos rodeados por una insuperable bastedad de tiempo y espacio, pero pocas personas se toman el tiempo dentro de sus ocupadas vidas para preguntarse lo que puede significar este hecho en nuestra cotidianidad.

Además de ser inimaginablemente vasto, el universo es un sistema totalmente coherente y completo en sí mismo. Ninguna parte de él es extraña, aleatoria o está separada de ese sistema más grande, coherente y completo. Esto nos hace básicamente como las células dormidas de un vasto organismo viviente, soñando vidas autónomas independientes del universo que nos creó. Es un sueño profuso y vívido el que estamos soñando, pero es sólo un sueño. Cuando un hombre  sueña con convertirse en una mariposa, el sueño puede ser bastante real para él, pero eventualmente se despierta y se da cuenta que su cuerpo todavía es el de un hombre. Así será para nosotros, que soñamos que somos personas, cuando somos algo totalmente distinto.

Nada de esto es noticia. Pero la pregunta todavía nos acecha. ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Cuál es la razón del sueño de esta existencia? ¿Cómo podemos vivir una vida digna de toda esta vastedad? ¿Si la vida del universo es nuestra vida, vista a través de un lente limpio de ilusiones, a través de ojos despiertos mirando hacia fuera a la realidad, en vez de hacia adentro a la fantasía; cómo podemos ser más que sólo figuras con la cara borrosa entre una multitud bulliciosa de extras; avistadas apenas por una fracción de segundo mientras el Universo pasa velozmente? La respuesta tiene que ver con la atención y con aquello a lo cual atendemos.

 

ORO INFRATERRESTRE/ PROSPECCIÓN

 

He minado por un corazón de oro.

 -Neil Young

 

Así como los tesoros son descubiertos de la Tierra, así aparece la virtud de los buenos actos, y la sabiduría aparece de una mente pura y pacífica.

Buda.

 

Todos saben del oro –o piensan que saben. Pero,  ¿cuántas personas han  encontrado alguna vez oro o dado un golpe? Todos piensan que saben de la “iluminación” –pero de nuevo, todo lo que tenemos son historias. Los verdaderos gambusinos [buscadores] de oro son tan raros hoy en día como las hadas o los seres iluminados. De estas extremadamente raras criaturas, aún menos están hablando. Tengo la fortuna de haber conocido tanto a una persona iluminada, en la forma de Dave Oshana, y un genuino viejo gambusino, un hombre llamado Indian Joe. En uno de esos curiosos giros del destino, me encuentro aprendiendo de los dos y, en el proceso, estoy descubriendo la vieja máxima alquímica “Como arriba, es abajo”. La búsqueda de oro y la travesía por la iluminación son procesos espejo.

Lo que he aprendido de Indian Joe hasta el momento es que desarrollar la mirada (la sabiduría) para discernir el oro de la tierra es de lo que se trata la prospección. Desde la perspectiva del amateur todo es tierra, porque hasta el oro parece tierra sin los ojos –la experiencia y entrenamiento—para ver. Contrariamente, como es el caso del “oro de los tontos”, algunas veces lo que parece oro es sólo “tierra”. El truco para encontrar oro es que tienes que poder mantener tu atención en el oro, aun cuando no puedes ver nada más que tierra. De otra forma te puedes pasar caminando sobre él, o escarbar a un lado, y nunca saberlo. Al mismo tiempo estar demasiado enfocado en encontrar oro (consumido por el deseo) puede causar que te lo imagines cuando solo hay tierra. Como toda búsqueda heroica, encontrar oro requiere absoluta honestidad.

Indian Joe se ríe de lo ingenuos que son los gambusinos que cavan largos hoyos en la playa u hoyos huecos en el suelo empedrado, esperando encontrar grandes y brillantes pepitas amarillas de oro. Esperan que brille y resplandezca. Pero sólo es oro de los tontos (pirita) el que brilla y resplandece en la superficie de las piedras y la arena, y este oro es fácil de encontrar. En realidad, grandes pepitas son muy raras; y aunque hay considerablemente más polvo de oro que pepitas, comúnmente es indistinguible de la arena –como muestra el icónico final de la película clásica de John Huston, The Treasure of Sierra Madre.[3]

Mi propio interés en la prospección de oro tiene que ver con un deseo –una necesidad—de observar, ver, encontrar y conocer el suelo debajo de mis pies. Empezar a poner atención al oro de lo duradero, eterno y verdadero, en vez de los fugitivo, temporal y falso. La prospección de oro –tanto literal como metafóricamente—requiere sobreponerse constantemente a la inercia, un rechazo de las comodidades (y valores) ordinarias y cotidianas, y una disposición no sólo a fracasar sino a fracasar de manera más espectacular y angustiante cada vez. Aceptar que no existe substituto para el oro significa ser implacablemente honesto sobre lo que solo es tierra y sobre lo que es pirita u “oro de los tontos”. Y sin embargo la pirita sólo engaña a los tontos; para el buscador que la reconoce por lo que es, eventualmente lo llevará al oro verdadero. Lo mismo aplica con el “fracaso”: es un estado mental, no un veredicto.

En el sistema social presente, no existe una correlación entre la integridad de un individuo, o incluso la necesidad de que desarrolle habilidad o destreza, y una capacidad de acumular riqueza. Ser exitoso prospectando, bateando o minando oro, por otro lado, requiere de todas estas cualidades. De hecho, requiere una serie de habilidades similares (a veces idénticas) a las necesarias para una sobrevivencia básica. En el tipo de vida de un gambusino, la riqueza material (el oro) y la adaptabilidad, la alerta al propio medio ambiente y la capacidad natural de sobrevivir son parte de un único enfoque. Comparemos esto con nuestro sistema actual, en el que las personas más ricas y exitosas muchas veces son las que tienen la menor integridad (o al menos con la menor capacidad para sobrevivir en la naturaleza). Sencillamente: los valores inherentes del oro son inseparables de los valores internos necesarios para encontrarlo (aunque todos puedan buscar). Es como la muerte, el gran nivelador.

Como los héroes de los mitos, el buscador de oro debe “ensuciar sus manos”, aplicar todas sus habilidades, valentía, disciplina e imaginación (y/o descubrir u desarrollar cualidades dentro de sí mismo), así como volver a despertar una relación fundamental con la naturaleza, para poder lograr la meta deseada. El cambio en el énfasis, “el enfoque único”, es el mismo, entonces, para el héroe mítico, el gambusino y el verdadero buscador espiritual: lo que es visto como tener valor cambia, o evoluciona, a través de una profundización de la honestidad o una reducción de la negación. Mientras la conciencia crece acorde, ya no es el dinero, o incluso el oro, lo que es visto como teniendo valor, sino la autotransformación –y la renovada conexión con la naturaleza –de la “minería” (la búsqueda), el proceso en sí mismo

 

UN TESORO INTERNO

 

Tu visión se esclarecerá solamente cuando puedas ver dentro de tu propio corazón. Quien ve hacia fuera, sueña; quien ve hacia dentro, despierta.

–Carl Jung

 

La individualidad sólo es posible si se desdobla de la totalidad.

--David Bohm.

 

En la historia de Jason y el Vellocino de Oro (sólo por nombrar una narrativa mítica), la búsqueda inicia con el deseo de Jason de hallar un específico “objeto de poder” (el vellocino) el cual cree que le otorgará un estatus especial. Tradicionalmente, la búsqueda del objeto de poder es el medio necesario para que el héroe demuestre su entereza, al mismo tiempo que beneficia a la comunidad de alguna forma. Jason reúne a sus argonautas (un nombre coincidentemente dado a los buscadores de oro que viajaron a los estados del oeste de Canadá y Estados Unidos en los 1800) y navega con ellos para lograr su objetivo, hallar el Vellocino de Oro, haciendo lo que sea necesario. (Un ejemplo de conocimientos esotéricos codificados como mito: el vellocino era uno de los métodos usados, en los viejos tiempos, para recolectar partículas de oro invisibles en los ríos. La lana se magnetiza con las corriente de agua, y las pequeñas partículas se le adhieren, eventualmente transformándose en un “vellocino de oro”).

A lo largo de su búsqueda material, sin embargo, Jason y sus Argonautas se topan con una serie de obstáculos y desafíos, físicos y morales (espirituales) que los obligan a desarrollar sus habilidades y profundizar su entendimiento, tanto de sí mismos como de “los dioses”. Un proceso de autodesarrollo es necesario para que el héroe prevalezca en la adversidad, encuentre el atesorado objeto y regrese con gloria.(Dejaremos los infortunios de Jason a un lado por ahora). Las cualidades que Jason descubre dentro de sí mismo al enfrentar la serie de desafíos son las mismas cualidades que le permiten “encontrar el oro”. Mas, implícita en la historia –y en tantos relatos míticos—yace una idea crucial:  el descubrimiento de dichas cualidades –la transformación de un hombre ordinario en un héroe- ese es el verdadero tesoro. En otras palabras, la búsqueda de un premio externo depende de y facilita el descubrimiento de un tesoro interno; su hallazgo hace solamente simbólica la adquisición del tesoro externo. Lo mismo suele decirse de los alquimistas: inician sus experimentos creyendo que estaban tratando de convertir plomo en oro; pero la disciplina y el conocimiento necesarios para lograr sus fines materiales acarrean una transformación sutil de sus propia conciencia –de la conciencia egoísta mundana, a la divina. Un punto en el que su interés por el puro oro físico se vuelve mayormente académica.

Los verdaderos y poco conocidos hechos de la prospección de oro son muy parecidos a este modelo: para encontrar oro, los sentidos, internos y externos, deben refinarse hasta el grado de que la transformación ocurra. Esta transformación gradual o refinación al mismo tiempo lleva a encontrar oro y es completada por este hallazgo (lo que Indian Joe describe como “el oro revelándose a ti”). En este punto, según Joe, el gambusino vivirá una transformación, similar a un tipo de “shock”, el cual llama la verdadera “fiebre de oro” (“Nunca eres el mismo otra vez”, dice Joe).  Su manifestación particular es impredecible, sin embargo.

Este proceso de transformación se muestra en The Treasure of the Sierra Madre, de John Huston, de dos formas diferentes, en los dos protagonistas: el novato Fred C. Dobbs, el papel de Humphrey Bogart, y en el viejo gambusino, Howard (Walter Huston, el padre de John). Después de que los hombres encuentran el oro, Howard deja su campamento para curar a un niño en un poblado de indios cercano. Lo logra y regresa al campamento, al tiempo que deciden recoger sus cosas e irse. Cuando están por irse, sin embargo, varios indios regresan e invitan a Howard a quedarse con ellos. Howard declina la invitación pero los indios no aceptan su respuesta: su código de gratitud exige que acepte su hospitalidad.  Dándose cuenta que no tiene alternativa, Howard deja el oro bajo cuidado de sus socios. En el poblado indio, el viejo es mimado y regalado abundantemente. Se le considera como un hombre santo, y nota que, si decidiera quedarse no tendría que preocuparse por los medios de subsistencia nunca más. Este desarrollo es el resultado de su descubrimiento de sus recursos internos o “medicina”, al haber tomado la decisión de ir a curar al niño, algo todo lo más sobresaliente ya que ocurre justo después de haber encontrado el oro. Así que es el haber encontrado el premio material lo que resulta en la transformación espiritual de Howard.

El extremo opuesto se muestra con Fred C. Dobbs. El personaje de Bogart atraviesa una transformación al exponerse al oro, pero su falta de una “fibra moral” lo lleva a un resultado muy distinto. Consumido por la paranoia, sucumbe a la avaricia y la locura y encuentra su final a manos de una brutal banda de bandidos (irónicamente también indios). Destinos similares suelen sucederles a personajes míticos que prueban no ser dignos del poder que descubren, y el camino espiritual o alquímico, se dice, también está fraguado con los mismos peligros. Irónicamente, los dos tipos de transformación en la película (negativo y positivo) son en conjunto responsables de la pérdida del oro minado. Al final de la película, los banda de indios (habiendo tomado el oro de Dobbs después de matarlo) vacían los sacos al suelo, confundiéndolo con tierra. (Creen que es un truco de Dobbs para encarecer las pieles de animales que carga haciéndolas pesar más). Antes de que el hombre viejo pueda reclamar su premio, un vendaval llega y arrasa todo el polvo de oro. Howard se ríe eufóricamente de esta ironía cósmica: el oro ha regresado al lugar del que vino, a la montañas. A diferencia de Dobbs, a él le alcanza reírse: ya que ha descubierto su verdadero llamado como un curandero, su camino por el resto de su vida.

El regreso del oro a su lugar apropiado hace eco de cómo los gambesinos inicialmente en la película enterraron sus propias reservas de oro para que los otros no las robarán. El lugar más seguro para el oro es en el suelo. La experiencia de Indian Joe confirma esto: ¡lo primero que haces cuando desentierras oro del suelo, es, dice, regresarlo al suelo! Las vivencias de Joe sugieren que es encontrar el oro, y sabe que uno tiene acceso a las riquezas de la tierras (la sabiduría secreta del cuerpo), lo que libera al individuo, no la acumulación de riqueza per se. En otras palabras, es conectarse con la fuente de energía (lo que David Oshana llama "la Transmisión de Iluminación") a través del cuerpo, no con el incremento de conocimiento mental (o inflación del ego), lo que constituye la verdadera iluminación.

 

LA SUBSTANCIA DEL VALOR & Y EL VALOR DE LA SUBSTANCIA

 

El oro no es necesario. No tengo interés en el oro. Construiremos un estado sólido, sin una onza de oro detrás. Cualquiera que venda por sobre los valores establecidos, dejemos que sea conducido a un campo de concentración. Este es el bastión del dinero.

–Adolf Hitler

 

El oro es el cadáver del valor.

–Neal Stephenson, Cryptonomicon

En términos puramente materiales, el principio espiritual descrito anteriormente es extrañamente reflejado por el “patrón oro”, el oro siendo la única substancia contra la que todas las divisas son medidas (o alguna vez fueron). Como todos saben, el dinero no tiene un valor intrínseco en sí mismo. Lo que le da valor al dinero es el acuerdo social de que tiene valor, eso es, pretender que algo tiene valía cuando no la tiene.

En el Evangelio, Jesús les aconseja a sus seguidores a que se “rindan ante el Cesar”, apuntando que la moneda de oro romana tenía el rostro del Cesar estampado. Cuando volteó la mesa de los mercaderes en el templo, Jesús igualmente mostró el poco respeto que le tenía al oro en su manifestación profana. “No puedes servir a dos amos”, advirtió, y el dinero y Mammon siempre han estado estrechamente asociados. La idea de que el dinero es la raíz de todo mal puede ser simplista, pero sociológicamente, el dinero puede verse como simbólico y sintomático, de una división entre la experiencia auténtica (el valor inherente) y la fantasía, la proyección y valores externamente suministrados. Es tanto un síntoma y una causa de la delusión colectiva. El diablo del dinero es un divisor, no solo de naciones y hombres, sino de, a niveles más profundos y sutiles, de la tierra y el cielo, del cuerpo y del alma. 4

Divorciado de los sistemas monetarios de control, no obstante, ¿qué tipo de cualidades innatas tiene el oro para que lo llevaran a ser valorado por cesares y reyes?  Hay muchas. Es el metal más maleable y dúctil, tal que una sola onza de oro puede ser extendida a 150 metros cuadrados. (Teóricamente puede ser reducida al ancho de un solo átomo). Inscripciones egipcias que datan de 2600 A.C. describen el oro, y es probable que lo usaran por sus propiedades curativas y transmisor/conductor. (Es un buen conductor de calor y electricidad y no se ve afectado por el aire o por muchos reactivos). También tiene una reputación de incrementar los niveles de inteligencia y energía, lo que atestigua el boom en la venta oro monatómico como una especie de súper-vitamina.  Un reciente artículo (2008) describe cómo partículas de oro algún día podrían ser usadas en un sistema de ingestión de fármacos para tratar el cáncer. Nano-partículas de oro también podrían ser usadas para incrementar la capacidad de las celdas solares para convertir luz solar en electricidad. El origen del símbolo del oro, Au, es el latín “aurum”, de lo que obtenemos la palabra “aura”.  Según una fuente:

Ya que el oro no se mancha y parece ser inmune a los efectos del clima y la mayoría de los ácidos, se le asociaba con la inmortalidad y la invencibilidad, y por lo tanto se le imbuyeron muchas propiedades curativas al metal. El oro se pensaba era el excremento de los dioses y algunos apagadores sostienen que las vibraciones de oro y del excremento son similares… Los hinduistas llaman el oro la Luz Mineral y creen que es la luz solar que fue digerida por la Tierra. En la naturaleza, el oro comúnmente es atraído a materiales orgánicos, por ejemplo, las raíces de un árbol cerca de un arroyo, etc. … Se le ha atribuido poderes mágicos de sanación por eones. En los antiguos tiempos de los hebreos, se consideraba que tomar oro en polvo en agua podía revivir a los más enfermos. Un viejo remedio para infecciones era jugo de limón,  vino blanco y raíz de angélica rociadas por la noche con oro. Plinio descubrió que frotar un orzuelo con oro lo cura. Actualmente algunos doctores llegan  a tratar la artritis con sales de oro. El famoso psíquico, Edgar Cayce menciona que el oro es excelente en reconstruir la función nerviosa y cerebral.  Se cree que el oro atrapa y mantiene los poderes de las piedras que se depositan en él. Usar oro, según se cree, provee cualidades encontradas en el sol en la persona que lo usa –como fuerza, confianza, valor y una vida próspera.

La diferencia entre el dinero y el oro es quizás similar a al diferencia entre el mero estatus social (un papa, un rey, o una celebridad) y una verdadera posición espiritual, como es encarnada por un sabio, un chamán o un santo. En la actual crisis económica, estamos viendo un incremento en el valor del oro y una disminución en otras divisas. ¿Es posible que esto indique un  cambio psicológico sutil dentro del colectivo, fuera de los valores falsos (representados por la moneda de curso legal), de regreso a los verdaderos simbolizados por el oro –eso es, lo que tiene “substancia”?

Si el dinero es la raíz del mal, ¿entonces qué del oro, que es la raíz de todos los sistemas monetarios? La respuesta tal vez tiene que ver con el mal uso de las propiedades especiales del oro. Como en la historia del Rey Midas, el oro es un tipo de amplificador que magnifica las propiedades de quien sea que lo tenga. Aquello que saca lo peor de nosotros, también debe de tener el potencial de sacar lo mejor en nosotros. Valorar el oro sobre el dinero no es la solución a la bancarrota espiritual, pero puede señalar que nos acercamos a la raíz del problema. Si es así, entonces el conocimiento especial de la prospección de oro es el paso lógico a la siguiente etapa en este “regreso al valor básico”. Una prospección exitosa requiere un entendimiento profundo, no sólo de los orígenes y propiedades del oro, sino de qué misterios factor “X” lo hace tan valioso –esto es, o que lo distingue de sus alrededores.

El oro puede venir del cielo; pero encontrarlo exige un entendimiento íntimo, y un respeto, del suelo.

 

EL OJO QUE ES SINGULAR

 

La verdad, como el oro, debe de obtenerse no de su crecimiento, sino de llevarse todo lo que no es oro.

 – Tolstoy.

 

El oro puro no teme el horno.

–Proverbio chino

 

¿Así que como podemos aplicar esta “lectura” a la búsqueda espiritual. En el lugar de oro, piensa en “Dios” o iluminación. En lugar de tierra, pon la palabra “mundo”. Muchas personas piensan en la búsqueda de oro como profana y en la búsqueda de Dios como sagrada; pero de la misma forma que no hay oro sin tierra, no hay nada sagrado sin lo profano, no hay espíritu separado de la materia, y no hay iluminación sin un mundo que iluminar. Un gambusino ve el oro donde otras personas ven solo tierra. Un santo ve a Dios donde los demás solo ven el mundo. Para localizar nuestro tesoro, debemos de ver hacia fuera de nosotros y realmente ver lo que hay ahí. Lo que es arriba es como lo que es abajo porque no hay una línea divisora entre arriba y abajo, adentro y afuera. ¿Dónde está la línea entre el que percibe y lo percibido, entre la tierra y los cielos? No hay tal.

Así que, ¿cómo podemos poner nuestra atención en lo eterno al igual que en lo temporal? ¿Cómo podemos localizar el oro invisible que está en todas partes dentro de la tierra, que realmente no está en ninguna parte, ya que no es realmente tierra, sólo una mala aprehensión de los hechos? Se reduce a esas preguntas fundamentales, preguntas que los niños hacen pero de las que los adultos aprenden a alejarse. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo y hacia dónde voy? ¿Por qué estoy aquí? Como adultos aprendemos a alejarnos de estas preguntas debido a la conciencia de que ninguna felicidad o verdadero significado es posible hasta que las hayamos respondido; o, más bien, hasta que hayamos empezado a vivir las respuestas. No es que sólo la búsqueda importe; es que nada puede ser real para nosotros hasta que la búsqueda termine y hayamos encontrado el suelo sobre el que nos erigimos. Sólo entonces podemos movernos hacia delante.

La historia en la que estamos inmersos se extiende miles de millones de años y abarca un cuasi-infinito de estrellas y planetas. Estuvimos ahí en el principio, y estaremos ahí en el final. La única pregunta es: ¿estamos poniendo atención?

El viaje heroico de mitos usualmente implica una búsqueda por un objeto del más alto valor. En lenguaje espiritual, lo que tiene mayor valor es la iluminación. En términos alquímicos, la iluminación es la recuperación de nuestra verdadera naturaleza “estelar” como “alma mónada”. El oro real, digno de obtenerse a cualquier precio o sacrificio persona, es una “mente indivisa”. Deja que tu ojo sea singular, dijo Jesús. Aunque es el más alto de los logros, el principio es sencillo: aquel que no viole su propia conciencia “es un tipo de oro”. La alternativa es la negación de nuestra verdadera naturaleza, o de los hechos de la existencia  y la evidencia de los sentidos, externos e internos. Hacer esto es dividirse en dos, dividido contra sí mismo, y sufrir duda eterna, o una doble-mentalidad (duda viene de la palabra “doble” [dubitare], la cual es la raíz de la palabra francesa “diable”, diablo). Desde el punto de vista angélico o iluminado, una doble-mentalidad es la insensatez, la misma delusión paranoica que consumió todo al pobre Fred C. Dobbs. Una fortuna lamentable; pero existe otro destino disponible para nosotros.

La iluminación es movernos más allá del mundo, pero no trascendiéndolo sino moviéndonos completamente a través de él y hacia su núcleo. Sólo yendo hasta el fondo internamente, hacia la sangre y la suciedad de nuestros seres corporales, podemos llegar al corazón nuclear del oro puro fundido que es el centro viviente del alma de la existencia y fuente del dios-átomo de la Transmisión de la Iluminación. Este encuentro “cataclísmico” es la tan añorada unión de Cuerpo y Alma que es nuestra herencia olvidada y nuestro derecho de nacimiento, y el oro alquímico de los antiguos. Es, en palabras de Dave Oshana “el viaje de cero distancia”.

Puede que sea más que una metáfora poética que el oro desenterrado que finalmente completa esta transformación, se origina, no sólo en la tierra del suelo, sino, de manera primordial, de la unión cataclísmica de las estrellas. La meta de los alquimistas de trasmutar materia bruta en oro (la unión del cuerpo y el alma), después de todo, es la boda química.

 

 
Apoya la realización de este viaje en búsqueda de oro material --para derivar en oro espiritual: Beyond Dirt: The Enlightment Prospect
 
Blog de Kephas: Auticulture

[1]  En  inglés “gold (which is “god +1”)

[2]  Cuando se formó la Tierra, hierro derretido se sumió al centro, formando el núcleo. Esto atrajo a la gran mayoría de los metales preciosos de la Tierra, como el oro y el platino, que migraron al núcleo con el hierro. Existen suficientes metales preciosos en el núcleo de la tierra para cubrir toda la superficie de la Tierra con una capa de cuatro metros. Esta concentración de oro en el núcleo debería de haber dejado la porción exterior de la Tierra sin nada. Pero los metales preciosos abundan en el manto de silicato de la Tierra. Algunos científicos piensan que esta sobreabundancia es el resultado de una cataclísmica lluvia de meteoritos después de que se formará el núcleo. La carga completa del oro de loos meteoritos fue añadida al manto y no se perdió en las profundidades interna" http://earthsky.org/earth/did-meteorites-bombard-earth-with-gold

[3] Algunas veces puede haber una gran cantidad de oro que es más fina que la harina, por lo que el minero puede quitarla con sus relaves sin darse cuenta.

4  Según David Graeber (Deuda: Los primeros 5000 años) los sistemas monetarios fueron impuestos en las comunidades como sistemas de tasa de impuestos, lo que era una forma implícita de esclavitud. Los cesares del tiempo de Jesús sólo aceptaban tributos en monedas romanas, y para obtener las monedas,  los campesinos tenían que trabajar duro y acumular deuda. Esto no es muy distinto de la experiencia de innumerables estudiantes y dueños de casas hoy en día.