Brazil (1985) se ha considerada una adaptación, en clave Terry Gilliam, de 1984, la célebre novela orwelliana. Una sátira distópica en torno a uno de los productos más bufonescos de las sociedades modernas: el burócrata, que lleva a sus espaldas el peso del mundo hecho de despiadadas instituciones y procedimientos que en nada parece importarles la insignificante vida humana.