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Libro alemán del siglo XVIII, escrito en caracteres que permanecieron indescifrados hasta hace muy poco, revela un rito masónico que encontró amplia difusión en otras regiones de la logia.

En la historia de la cultura humana, pocas expresiones tan seductoras como las hermandades secretas, esas organizaciones fundadas en el conocimiento —en ese carácter arcano, misterioso, que este tiene siempre. Y dentro de estas logias, pocas tan significativas como la francmasonería, fundada supuestamente entre los siglos XVI y XVII en Escocia e Irlanda, extendiéndose pronto a Inglaterra, los Estados Unidos y con el tiempo a otros países de Occidente.

Parte importantísima del sistema de las hermandades son esos mecanismos de defensa, instituidos desde la antigüedad griega y la tradición mistérica, que protegen el conocimiento generado al interior de la hermandad del resto del mundo, accesible solo a los iniciados que conocen las claves precisas para ser parte del secreto.

En este sentido, dentro de los textos masónicos, existe uno que por mucho tiempo mantuvo en jaque a investigadores que se han abocado al tema, pues los criptogramas en que estaba escrito eran verdaderamente indescifrables.

Se trata de un tomo conocido como Copiale Cipher, descubierto casualmente en la década los 70 en una biblioteca de la entonces Alemania Oriental y que debe su nombre a una de las dos únicas frases puestas en caracteres usuales: “Copiales 3” (el otro es “Philipp 1866”, al parecer el sello de quien fuera su propietario entre 1760 y 1780).

Por varios años, el libro mantuvo un estatus oscilante entre el enigma y la reliquia, pues si bien despertó la curiosidad de los expertos, la complejidad de sus signos lo volvieron ininteligible hasta 2011, cuando un grupo conjunto de académicos suecos y estadounidenses consiguieron penetrar el misterio, estableciendo una suerte de mapa tipográfico que les permitió navegar por la escritura del libro, la cual, se reveló, estaba compuesta de caracteres griegos, puntuación azarosa y símbolos abstractos, sin espacios de ningún tipo y alineación de párrafo (izquierda, centro y derecha) también variable, sin ningún patrón evidente.

Así, después de varios análisis entre matemáticos y criptográficos, de seguir pistas falsas y encontrar las auténticas, los investigadores —masones ellos mismos, condición necesaria para entender el hermetismo de ciertas expresiones, acentuado por estar escitas en alemán del siglo XVIII— encontraron la descripción de una serie de rituales de la logia, ceremonias para, por ejemplo, comprobar que un posible iniciado no perteneciera a otra orden (precaución disimulada con el término “ladrones”), además de otras alusiones a personajes de la época Clemente II que emitió una bula papal contra la francmasonería.

Este es un fragmento de un ritual descrito en el Copiale Cipher, según fue descifrado por los investigadores:

[…] con una carpeta puesta en el piso. De aquí en adelante, dibuja solo con una tiza, para que todo pueda borrarse después de la recepción, varios dibujos se dibujan, a saber, una escalera circular de siete escalones, inmediatamente arriba de estos un cuadrado con una tabla matemática mosaicada. El perímetro entero de la alfombra es ahora un borde dentado estercho, después de las cuatro plagis mundi [cuartos del mundo] las cuatro letras E… S… O… N… escritas. En el lado norte de una columna según el sano orden con las colmnas de granadas, perillas y redes. La columna se mantiene hacia el este y el pedestal hacia e oeste, con el cuadrado de mosaicos horizontalmente. Escrita hacia el medio de la columna hay una gran I y en el lado sur está la misma columna donde una B […] se sostiene. A la mitad de la alfombra hay una estrella redonda rodeada de rayos o de la así llamada venida 

En este link, más información sobre el Copiale Cipher. En este, una digitalización del mismo.

[The Hermetic Library Blog]