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El elegante ritmo del cosmos sobre el hielo: fotografías de Douglas Capron

Por: Javier Barros Del Villar - 10/27/2012

Como un microcosmos observándose al espejo, la obra fotográfica de Douglas Capron proyecta un refinado diálogo entre lo evanescente y lo geométrico.

Cuando se trata de discursos sublimes, orgánicas retóricas, o patrones que sugieren perfección, existe una fuente infinita que es capaz de emanar estas virtudes, sin pedir a cambio nada mas que nuestra atención sensible: la naturaleza. Y para entender, o confirmar, lo anterior, basta con observar piezas como las que retrata Douglas Capron, cuyas fotografías documentan la exquisita transición que experimenta el agua de un estado, el líquido, a otro, el sólido. 

Rebasando la estética, coqueteando con frecuencias y estados de ánimo que trascienden lo hermoso para arroparse en la contemplación etérea, observamos diversas formas que surgen con la seguridad propia de aquello que no titubea, siguiendo así los pasos que define un sendero irremplazable. Entre la geometría evanescente y un paraíso semiótica, el hielo temprano hilvana un intrigante discurso gráfico que termina desdoblándose en ojos concéntricos, en membranas casi estáticas, o en ritmos semi astrales.

La serie Hidrology: Visions in Ice es definida por el propio Capron como "un estudio de los patrones naturales que ocurren momentáneamente cuando el agua comienza a transformarse en hielo al llegar el invierno. Las formaciones resultantes son sorprendentemente dinámicas, orgánicamente expresivas y complejas, postulando más interrogantes que aquellas respuestas que revelan más allá de una perspectiva estética en relación con el más básico elemento que nos sostiene."

Si bien sus inicios en las artes visuales fueron como documentalista de piezas musicales, particularmente de blues, eventualmente Capron diversificaría su panorama y terminaría tejiendo una sensible relación con el retrato de las transiciones naturales. Precisamente en esta etapa surge su serie hidrológica, la cual, evidentemente no niega esta relación del autor con la música (recordemos que el propio cosmos es en si como una partitura auto-interpretándose). Y tal ves esto es precisamente lo que le ha permitido, al menos en esta ocasión, retratar el gélido discurso del agua en pleno proceso de condensación: la materia haciendo gala de su esencial impermanencia. 

Twitter del autor: @paradoxeparadis