*

Quizá se trate de imágenes abstraídas de una mente en la fase de ayuno, o del incesante diálogo del hombre con la naturaleza que se regodea en el afán de crear objetos orgánicos que revelan una belleza que seduce al alma. Estas maravillas naturales existen y están disponibles para aquel que pretenda formar parte de paisajes oníricos que íntimamente se materializan y cimbran cada célula del cuerpo. Coquetando con la irrealidad, la naturaleza se sublima.